Jorge Enrique Robledo, Senador de la República, Bogota 25 de marzo de 2009
Compañeros Comité Ejecutivo Federación Colombiana de Educadores Ciudad
Apreciados compañeros:
Junto con mi saludo fraternal, les envío un abrazo de felicitaciones al celebrar hoy la federación los 50 años de existencia al frente de los 320 mil maestros oficiales de Colombia.
Fecode ha estado siempre ligada a mis afectos, no solo porque durante 27 años fui también del oficio, profesor de tiempo completo en la Universidad Nacional, sino además porque en todas las responsabilidades que he asumido he contado con la fecunda colaboración del magisterio. Me honra y enaltece por sobre todo haber estado tantos lustros combatiendo hombro a hombro con los dirigentes y bases de Educal, un sindicato cercano a mis afectos como el que más. Sea esta entonces la mejor oportunidad para reiterarles a todos ustedes, y, por su conducto, a los 250 mil afiliados, mis sentimientos combativos de amistad y compañerismo.
Han sido cinco décadas de lucha infatigable por la defensa de la educación pública y los derechos del magisterio. Quienes cumplimos la misma edad y un poco más recordamos las batallas por el Estatuto Docente, el Fondo de Prestaciones del Magisterio, la Ley General de Educación y la adecuada financiación estatal contra el recorte a las transferencias, objetivos que cobran hoy renovada actualidad frente a un gobierno empecinado en arrasar la educación pública y los derechos laborales. Y en un plano más general, cómo dejar de lado que Fecode sigue ocupando un primerísimo lugar en el combate por la soberanía y la democracia, como también en la diaria batalla por una educación pública de calidad, cada vez más deteriorada por la estrategia fondomonetarista de la "revolución educativa", que apunta a implantar una educación pobre para pobres y a perpetuar la ignorancia y el atraso.
En los últimos años, Fecode se ha convertido en un puntal del Polo Democrático Alternativo, partido al que me enorgullezco también yo de pertenecer y que aspira a la más amplia unidad de la nación colombiana para abrirle el camino a una patria próspera, soberana y verdaderamente democrática.
Por todas estas razones, que resuene muy duro un solo grito: ¡Que viva Fecode y que cumpla muchos otros cincuentenarios!
Jorge Enrique Robledo, Senador de la República
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