Mil millones de déficit impiden vacaciones colectivas en la U. Popular del Cesar

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Dic 19/10 Fallas estructurales en el presupuesto del presente año, originaron que los empleados del área administrativa de la Universidad Popular del Cesar no puedan salir a disfrutar las vacaciones colectivas de fin de año, como acostumbraban en otras épocas.
La medida, obedece a problemas en los cálculos presupuestales correspondientes a la nómina vigencia 2010, en la que no fueron incorporados los docentes catedráticos, lo cual generó déficit por el orden de los mil seiscientos millones de pesos.

El rector de la Universidad Popular del Cesar, Raúl Enrique Maya Pabón, sostuvo que "de los ingresos del 2010 en el rubro de horas cátedras se contrataron 46 docentes en la modalidad de ocasionales, por el tiempo de once meses, lo cual generó una desfinanciación de este rubro"

Explicó además que, la liquidez de la tesorería se vio afectada porque tuvieron que cancelar una suma superior a los mil millones de pesos, en indemnizaciones por reintegro de orden judicial.

Para la vigencia 2010 la Universidad Popular del Cesar proyectó un recaudo por valor de quince mil millones de pesos en ingresos por recursos propios, como matrículas y otros cobros, pero sólo se recaudaron 14 mil millones de pesos. Esta diferencia, según Maya Pabón, obedeció a las exoneraciones por matrículas de estudiantes y funcionarios, tanto en pregrado como en postgrados.

Fuente: Vanguardia Liberal

Información de referencia: Comunicado del rector, Raúl Enrique Maya Pabón, en el que aclara al Sindicato de Trabajadores el manejo presupuestal de la Institución.

La trascendencia de Fedescesar

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Fecha 28 diciembre 2010

Editorial

Uno de los programas más importantes que maneja el departamento del Cesar es el que tiene que ver con la financiación de los estudios superiores de unos siete mil estudiantes de los estratos uno, dos y tres. Recientemente, la Secretaría de Educación informó sobre la apertura de la convocatoria para la asignación de nuevas becas y la permanencia en el programa durante la vigencia de 2011.

Consideramos de la mayor trascendencia y de una gran proyección social el programa que maneja el Fondo Fedescesar, por cuanto significa una oportunidad única, democrática y equitativa, de acceso a la educación superior a miles de muchachos y muchachas que de otra manera – quizás-  no tendrían acceso a la universidad y en general a los estudios superiores.

Este programa merece todo el apoyo de la comunidad académica asentada en el Cesar, y de toda la sociedad, en general, y su sostenibilidad financiera y eventual ampliación debe ser un objetivo del presente y de los próximos gobiernos del departamento.

No obstante lo anterior, consideramos necesario que el programa se puede utilizar como un instrumento para mejorar la calidad de la educación básica y universitaria en el Cesar.

En el primer caso, el programa puede servir para identificar a los colegios que están preparando a los mejores bachilleres en estos segmentos de población y – de alguna manera- estimular a estas instituciones y revisar sus modelos educativos para replicarlos, en el caso que sean exitosos, o modificarlos, en el caso contrario.

Y en el segundo nivel, es decir en la educación superior, se debe estar muy alerta para garantizar la mayor transparencia en el acceso y permanencia en el programa. Se debe vigilar que se cumpla estrictamente lo establecido por el programa en materia de la documentación y requisitos exigidos a los estudiantes, como también en su rendimiento académico para permanecer en el mismo, por parte de las Universidades.

Es necesario que estas instituciones educativas evalúen con transparencia y responsabilidad a los beneficiados del programa y que estos no sean objeto de ningún tratamiento especial, por el hecho de estar financiados con estos recursos públicos.

Desde estas páginas invitamos a la juventud cesarense de estos estratos a participar masivamente en la convocatoria y a quienes están dentro del programa a convertirse en veedores del mismo, para garantizar su buen funcionamiento y sostenibilidad. Es una gran responsabilidad la que tienen los integrantes de la Junta Administradora de este Fondo Educativo Departamental para la Educación Superior, quienes deben velar por que la selección de estos muchachos y muchachas se haga con todas las garantías y dentro de la mayor transparencia y responsabilidad.

Hacia el futuro la Asamblea Departamental debería pensar en la posibilidad de ampliar en esta convocatoria a instituciones de buena calidad del sector privado y financiar, también, la realización de estudios de post-grados, como especializaciones, maestrías y doctorados, entre aquellas personas que se han destacado durante sus estudios de pre-grado y profundizar, así, los beneficios de este importante programa. El éxito del mismo depende no sólo del gobierno departamental, y de las instituciones educativas involucradas sino del bueno uso que hagan de él los estudiantes, fundamentalmente.

Sobre el préstamo de la Universidad Nacional


Suang Moreno y Sergio Fernández, Bogotá, Diciembre 6 de 2010.

Constancia presentada por la representación estudiantil ante el Consejo Académico, Suang Moreno por Posgrado y Sergio Fernández por Pregrado

La historia de la Universidad Nacional está íntimamente ligada al proceso de construcción de un proyecto de nación, es claro que a cada proyecto de nación le corresponde un proyecto de Universidad. Por tanto, el debate sobre el quehacer de la universidad tiene todo que ver con el quehacer de la nación, sería completamente descabellado considerar la universidad y sus estamentos como entes atomizados que no reaccionan a las presiones del entorno nacional. Al respecto la historia nos brinda ejemplos invaluables, ejemplos no solo de que en efecto a cada modelo de nación le corresponde un modelo de universidad, sino ejemplos además, de que existen diferentes formas de asumir los proyectos hegemónicos de nación y de Universidad. Mencionemos el ejemplo de la Universidad Alemana en medio del proyecto del llamado nacional socialismo. En su momento el debate tuvo por un lado a Bertrand Russel y a José Ortega y Gasset convergiendo en torno a la denuncia de la instrumentalización política de la universidad por parte del régimen nazi, y por otro lado a Martin Heidegger quien en su discurso de posesión como rector de la Universidad de Freiburg invitaba a la entrega ilimitada en defensa de las fuerzas de la tierra y de la sangre.

Dicho lo anterior se hace necesario contextualizar el debate en Colombia a fin de ubicar la discusión, esbozando brevemente cual es el tipo de proyecto nacional que se ha venido implementando ya hace casi dos décadas, proyecto de nación que hoy se erige hegemónico y que apela al discurso de la formación de capital humano por encima de la formación humana, dejando al vaivén de las fluctuaciones económicas el devenir del Derecho a la Educación que ya no es concebida como derecho sino como una mercancía más, y que incluso va más allá, proponiendo congelar los derechos sociales y económicos de los colombianos a través de la llamada sostenibilidad fiscal, reglamentada por medio de una regla fiscal que no busca otra cosa que asegurar el sostenimiento de la deuda pública, que dicho sea de paso, en los últimos 10 años se triplicó, pasando de 65 billones a 170 billones de pesos, a pesar de que el país sacrificó los derechos sociales y económicos de la población en beneficio de la deuda. A este proceso de desmonte de los derechos y garantías de los colombianos responde el marchitamiento de la Universidad Pública, que pasó de recibir en transferencias de la nación en el año de 1993 el 83% de sus recursos, a recibir tan solo el 51% para el año 2008. Es claro que la decisión de los Gobiernos de las últimas dos décadas es la de profundizar el modelo más retardatario que hay en educación superior, el modelo del Banco Mundial que en sus documentos sobre educación superior[1][SM1] [SM2] , incluido el acuerdo de préstamo hecho entre Colombia y el Banco Mundial para impulsar los créditos ACCESS del Icetex, ha insistido en cuatro tareas y condiciones para la educación superior en Colombia, a saber:

1. Aumentar las fuentes de financiación privada de la educación superior pública.

2. Promover la financiación a la demanda educativa.

3. Desmontar los gastos no relacionados con la formación académica al interior de las Universidades.

4. El desarrollo de reformas académico administrativas que propendan por la eficiencia del gasto público, para liberar recursos que pueden ser utilizados por el Gobierno Nacional en el fomento de la educación secundaria.

5. Procurar el aumento de los derechos de matrícula de ser necesario, con el fin de garantizar el sostenimiento de las responsabilidades financieras, que eventualmente adquieran las Universidades.

Dicho modelo que ha sido calificado como reaccionario por el mismo rector Wasserman[2][SM3] , es paradójicamente el modelo que se abre paso en Colombia y que claramente se abre camino, por vía de la autofinanciación creciente, en la Universidad Pública y en la Universidad Nacional concretamente.

Juntar en el debate público la preocupación legítima por el financiamiento de la Universidad Pública con la necesidad de un préstamo con el sistema financiero es a nuestro juicio confundir las causas, los argumentos y las soluciones, suceso en el que ineludiblemente pierde la Universidad Pública y la nación colombiana. Es evidente que existe otra opción, una solución que históricamente ha sido adoptada por los sectores marginados para hacer respetar sus derechos o para que se les reconozcan nuevos derechos: nos referimos a la unidad de los sectores democráticos en torno al ejercicio de la resistencia civil como mecanismo para defender la financiación adecuada de la Universidad Pública, comprendiendo que la Universidad debe ser científica, democrática y estar al servicio de la nación y no del Gobierno de turno o del capital foráneo, es decir, debe tener como propósito la formación humana y no la formación de capital humano.

Sin embargo la decisión de la administración en cabeza del rector Wasserman ha sido la de acudir a los préstamos como mecanismo para autofinanciar la Universidad Pública, hecho que demuestra claramente cuál es la posición que asume la administración de la Universidad Nacional con respecto al proyecto de nación que encarna Juan Manuel Santos, proyecto que en términos educativos consiste en erosionar la capacidad financiera de la Universidad Pública sobre la base de hacer más con lo mismo y de rebuscarse por vía de la autofinanciación los recursos que sean necesarios para suplir las necesidades de la Universidad. La posición de la Representación Estudiantil ante el Consejo Académico por pregrado y por posgrado es categórica en rechazar la obtención de préstamos con la banca para suplir las necesidades de la Universidad, que para el caso son las necesidades expresadas en el programa de desarrollo sectorial de educación del Gobierno Santos en el sentido de aumentar la cobertura en Educación Superior sobre la base de los mismos recursos hasta un 47%, o lo que es lo mismo, sobre la base de menos recursos per cápita por estudiante, condición ésta –el aumento de cobertura- que además se encuentra entre los requisitos del Findeter –entidad con la que se gestiona actualmente el préstamo- en su guía de presentación de proyectos de la Línea de Créditos para el Fomento de la Educación Superior[3][SM4] , en donde se señala que los proyectos deben:

“…proponer metas claras que permitan hacer seguimiento y establecer relaciones entre el valor de los recursos asignados y las metas alcanzadas en cuanto a cobertura”.

Lo anterior evidencia que las mal llamadas locomotoras del Gobierno Santos, y concretamente la infraestructura, será financiada con recursos privados y para el caso de las Universidades Públicas serán producto de la autofinanciación.

Finalmente e invocando el espíritu reflexivo que debe tener la Universidad Nacional como centro de ideas, llamamos la atención sobre el papel de los estamentos que componen la comunidad universitaria en estos momentos de crisis de la Universidad Pública, entendiendo que en cada uno de ellos existen mentes libres que no hacen odas al nepotismo institucional disfrazado de autoridad académica, para con ellos aunar esfuerzos por construir un modelo de universidad y de nación que reconozca los derechos a todos y todas por igual, y que procure el bienestar para el conjunto de la sociedad sobre la base de la defensa de la Educación Pública como condición sine qua non del desarrollo nacional.

[1] BANCO MUNDIAL, La enseñanza superior. Lecciones derivadas de la experiencia, Washington, 1995.

[2] Sesión del Consejo Académico del 13 de noviembre de 2009

[3] http://www.facebook.com/l/dfd27uMTp...>

[SM1]BANCO MUNDIAL, La enseñanza superior. Lecciones derivadas de la experiencia, Washington, 1995.


[SM2]Sesión del Consejo Académico del 13 de noviembre de 2009

[SM3] http://www.facebook.com/l/dfd27Pyga...>

Listas las becas universitarias

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Listas las becas universitarias

Links:
[1] http://www.gobcesar.gov.co
[2] http://www.vanguardiavalledupar.com/user/login?destination=node%2F1861%23comment-form
[3] http://www.vanguardiavalledupar.com/user/register?destination=node%2F1861%23comment-form

Sergio Muñoz - Ciencia y Tecnología - UPC Nov 26 2010


Intervención de Sergio Muñoz en la conferencia sobre Ciencia y Tecnología dictada en la Universidad Popular del Cesar (UPC) por Jaime Restrepo Cuartas, director general de Colciencias, el día 26 de Noviembre de 2010.

LLAMAMIENTO A LOS TRABAJADORES




Noviembre 23 de 2010

Sergio Muñoz, Presidente OCE-Unicesar.


Nuestro país atraviesa tiempos difíciles, eso es innegable. Las recientes inundaciones que se han extendido a lo largo y ancho del territorio nacional reflejan solamente la punta del iceberg de una Colombia sumida en la más grave crisis social, económica, política y ambiental de su historia.

Parte de esa crisis, representada en el déficit fiscal, el cual crece a un ritmo promedio de 8 billones de pesos anuales producto de la política de “confianza inversionista”, busca paliarla el gobierno de Santos a través del método más ruin posible: arrebatarle a departamentos, municipios y puertos sus derechos constitucionales sobre los recursos de regalías.

Independientemente de cualquier tecnicismo, las regalías son el precio que pagan las multinacionales por extraer nuestros recursos naturales no renovables, y llevárselos a sus países de origen. De lo anterior se desprende que las multinacionales se llevan nuestros recursos completamente regalados. Empresas como Drummond Inc., BHP Billiton, Xstrata, AngloGold Ashanti, Glencore, entre otras, han multiplicado sus ganancias hasta límites inconcebibles, mientras que la población de las zonas productoras ha multiplicado su miseria.

Los obreros representan el sector más avanzado de la sociedad, por lo tanto es su deber abanderar las luchas en defensa de los intereses y principios sobre los que se edificará una nueva sociedad. Para el tema que hoy abordamos, que es la defensa de las regalías, el deber anteriormente enunciado recae con mayor fuerza sobre los hombros de los trabajadores del sector minero-energético (que lógicamente incluye a los hidrocarburos), quienes han sido vilmente vapuleados, humillados y ultrajados, al igual que nuestra nación, por estas voraces multinacionales, a las que nada les interesa el destino de los colombianos.

Es por estas razones que a estos trabajadores, ampliamente conocedores del saqueo transnacional a nuestros recursos naturales y de la sobreexplotación de nuestra fuerza laboral, les corresponde ser los faros que guíen a la población en la defensa de sus regalías, y centren su objetivo en que las multinacionales paguen lo que en realidad valen nuestros recursos, con miras a que en el futuro sea el Estado colombiano quien autónomamente explote y utilice sus recursos naturales.

Ustedes, los que aún creen, los que aún se movilizan, los que su espíritu no envejece, los que no se han rendido ni se rendirán, es en ustedes en quienes las generaciones de colombianos desvalidos han depositado su confianza y esperanza. Son ustedes quienes devolverán la dignidad a nuestra patria. ¡Luchemos sin tregua!. 

Democracia en la Universidad, ¿Qué democracia?

http://www.razonpublica.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1608:democracia-en-la-universidad-ique-democracia&catid=20:economia-y-sociedad&Itemid=29   



ECONOMIA Y SOCIEDAD
Lunes, 06 de Diciembre de 2010 00:37
En un país que viene de sufrir la tentación autoritaria, la Universidad debe jugar un papel más decidido en la política y en la defensa de la democracia. 
 

Democracia y libertades políticas 

En la afirmación que hace el profesor Iván Darío Arango en su artículo "Luces y sombras de la ideología universitaria",[1] hay dos elementos que interesa destacar.

El primero con el que estoy de acuerdo es que "en nuestras universidades todavía se perciben la democracia y las libertades políticas como si fueran propias de una ideología burguesa". El segundo, con el no estoy de acuerdo, es que "se cree que la esfera pública está controlada por la clase dominante y por esa razón se menosprecian el debate, la denuncia y la crítica basados en argumentos".

Comparto su primera afirmación. Efectivamente, reducir la democracia y las libertades políticas a valores de la ideología burguesa es desconocer su carácter revolucionario y emancipador. Este carácter se manifestó en las luchas que liberales y socialistas emprendieron contra gobiernos tiránicos durante el Siglo XIX, y contra el Estado totalitario en la Alemania nazi, en la Italia fascista y en la Unión Soviética, en el Siglo XX.

Un elemento común a los gobiernos despóticos del XIX y totalitarios del XX consistió en la absorción del espacio público por el Estado para convertirlo en el espacio privado de quienes ejercían el poder. Esto se concretó en la negación absoluta de las libertades civiles, el sometimiento de la crítica mediante el control de la libertad de prensa; la expansión de la corrupción por toda la sociedad; la supresión del espacio democrático para deliberar juntos y del actuar en común; y la alteración de la balanza del sistema de pesos y contrapesos entre los tres poderes constitucionales del Estado.

El problema que se plantearon los liberales y socialistas del Siglo XIX, que lucharon contra gobiernos despóticos era ¿si era viable, después del dominio del poder absoluto, realizar la revolución democrática? ¿Si era posible reversar el proceso por el cual el espacio público fue absorbido por el Estado?

Benjamin Constant y Alexis de Tocqueville se preguntaron y respondieron estas cuestiones, con claridad ejemplar hace ya casi más de dos siglos. Creo que vale la pena mirar cómo lo hicieron, para enfrentar algunos de los problemas de nuestro presente.

Libertad negativa y positiva

Constant expuso en su famoso discurso pronunciado en el Ateneo de París "De la libertad de los antiguos comparada con la libertad de los modernos", una alternativa a las amenazas a la democracia, representada en la reducción radical de la autonomía política que resulta del desinterés de los ciudadanos por los asuntos públicos.

Al desaparecer el interés por lo público, como resultado de que los ciudadanos se dedican a sus negocios, a su vida privada, el gobernante puede expandir la jurisdicción de su dominio más allá de lo permitido, destruyendo así la libertad moderna.

Contra esta amenaza a la libertad, Constant propone un modelo político en el que articula dos conceptos de libertad: la libertad moderna o negativa y la libertad republicana o positiva.

La libertad negativa corresponde a la idea del debido proceso. Nadie puede ser juzgado, detenido, ni preso, sino de acuerdo a leyes preexistentes, en consonancia con procedimientos establecidos por la ley y por las autoridades instituidas. Constant identifica la libertad moderna con la experiencia personal de la seguridad, con aquello que Montesquieu denominó la tranquilidad de espíritu resultante de que ningún ciudadano pueda temer nada de otro.

Pero Constant introduce una segunda dimensión de la libertad cuando habla del derecho de tomar parte en el gobierno. La libertad moderna sería incompleta si se redujera a su dimensión negativa: "El peligro de la libertad moderna puede consistir en que, absorbiéndonos demasiado en el goce de nuestra independencia privada y en procurar nuestros intereses particulares, podamos renunciar muy fácilmente al derecho de tomar parte en el gobierno político"[2].

Contra este peligro Constant reclama un fortalecimiento de la democracia, el cual se debe concretar en el ejercicio de las libertades políticas. Es  decir en la práctica de la libertad de prensa, el control por la sociedad civil de las actividades de los funcionarios públicos mediante una opinión pública crítica y deliberante, el desempeño de una vigilancia activa y constante sobre los representantes elegidos para ver si cumplen exactamente con su encargo.

Si estos derechos políticos no se ejercen y se confía en la buena voluntad de los gobernantes y en sus promesas de respeto a las leyes y a la constitución se crea un vacío en el ejercicio del poder.

Libertades privadas y garantías políticas

¿Es posible disfrutar de los goces de la libertad privada sin las garantías para el ejercicio de las libertades políticas? ¿Y dónde encontraríamos esas garantías si renunciásemos a la libertad política?, se pregunta Constant.

Pretender disfrutar de los derechos privados sin hacer uso de los derechos políticos, "sería una locura, semejante a la de un hombre que bajo el pretexto de no habitar sino un primer piso, pretendiese edificar sobre la arena un edificio sin cimientos".[3]

Es decir, todos los derechos civiles pueden ser abrogados en la ausencia del derecho a la libertad política. Así, podemos ver, que la libertad moderna es un sistema complicado y entrelazado en el cual dos formas de libertad se combinan la una con la otra y se dan soporte mutuo.

Imprescindible la participación política

Para Tocqueville, al igual que para Constant el despotismo es una de las mayores amenazas para la democracia.

Según Tocqueville, la libertad política en una sociedad democrática presupone no solamente el reconocimiento de los derechos individuales de todos los ciudadanos, sino también la promoción de la participación pública en la política.

Los gobernantes que favorezcan la libertad democrática alientan a los ciudadanos a participar en la deliberación y en la decisión de las políticas públicas. Aquellos, que como Napoleón intentan establecer un gobierno despótico, excluyen a los ciudadanos de este proceso, y centralizan todas las decisiones y órdenes en el gobernante y sus agentes.

Según Tocqueville, el surgimiento de Napoleón tras los años de anarquía posteriores a la dictadura jacobina del Comité de Salvación Pública, constituyó para Francia la clausura de la posibilidad de realizar la revolución democrática.

Los límites al gobernante

Tengo que simplificar mucho el argumento, que es muy complejo, pero Tocqueville parte de diagnosticar, como ya lo había hecho Constant, que una de las más peligrosas patologías de la democracia es el que los individuos se entreguen exclusivamente al goce de la independencia privada y a buscar solamente sus intereses particulares, renunciando al derecho de tomar parte en el gobierno.

A partir de este diagnóstico formula su alternativa para reversar el proceso por el cual el espacio público fue absorbido por el Estado.

El punto de partida para construir una sociedad democrática es asegurar la igualdad y la libertad. Para poder asegurarlas es necesario darles potestades o poderes a los individuos, de tal manera que puedan limitar al poder soberano.

Para darles estos poderes propone fomentar asociaciones y desarrollar los mecanismos institucionales de la libertad de prensa, el poder judicial y los derechos individuales.

Otorgarle estos poderes a los individuos tiene como objetivo poder marcar una separación entre derecho y poder. Si los individuos ejercen sus derechos políticos, el derecho y el poder ya no estarán concentrados en la misma persona.

En el modelo constitucional de Tocqueville, la conexión fundamental entre soberanía popular, democracia política y derechos fundamentales consiste en que la voluntad popular se expresa auténticamente sólo si puede expresarse libremente. Y puede expresarse libremente sólo a través del ejercicio, además de las libertades políticas, de las libertades fundamentales por parte de todos los miembros de la comunidad política.

Derechos fundamentales y democracia

El primer objeto del legislador es dar ciertos derechos a los particulares y garantizarles el goce indiscutido de esos derechos. Por eso no puede existir soberanía popular sin derechos a la libertad individual.

Para Tocqueville esto significa que los derechos individuales, que están consagrados en la Constitución, no pueden ser desconocidos por el legislador democrático. El sentido de esta prohibición es, precisamente, establecer los límites que los derechos inalienables de los individuos fijan al poder soberano. En este sentido las garantías constitucionales de los derechos fundamentales son también garantías de la democracia. El ejercicio democrático de la voluntad soberana del pueblo requiere de garantías y estas son los derechos individuales y los derechos políticos.

De este modo, la conexión entre soberanía popular, democracia política y derechos fundamentales, se constituye en límite a la voluntad de la "tiranía de la mayoría" o del poder absoluto de un gobernante autoritario.

Así pues, creo que una de las enseñanzas que proponen estos autores es que la democracia y las libertades políticas no son propias de una ideología burguesa y que tiene todo el sentido luchar por su defensa; y esto mucho más en una sociedad como la nuestra, donde como consecuencia del dominio de un gobierno despótico la esfera pública fue, en gran medida, desaparecida.

Colombia y la tentación despótica

Y disiento de Iván Darío Arango al afirmar que "se cree que la esfera pública está controlada por la clase dominante". Pienso que esto es precisamente lo que ha pasado en Colombia. Aquí hemos vivido en los últimos años un proceso similar al que vivieron algunas sociedades bajo gobiernos despóticos o totalitarios en los dos últimos siglos.

El espacio público fue engullido por el Estado y convertido en el espacio privado del gobernante y del grupo dominante en el poder.

Un gobierno que desarticula el sistema de pesos y contrapesos establecidos en el texto constitucional de un Estado social de derecho, en función de los intereses del poder Ejecutivo, que se convierte en el agente de un proceso de "reconfiguración cooptada del Estado", en asocio con actores e intereses ilegales en su trámite legislativo; que utiliza los organismos de inteligencia del Estado para amedrentar a los jueces que investigan a sus aliados políticos; que convierte al Estado en un instrumento para el enriquecimiento de funcionarios y allegados del grupo dominante en el poder mediante la generalización de la corrupción, es un gobierno que,[4] según Constant y Tocqueville, representa una de las peores formas de despotismo.

Aquella, precisamente, en la que la esfera pública está controlada por la clase que gobierna. Así que es necesario recuperar el carácter revolucionario y emancipador de la democracia y las libertades políticas, tanto en el contexto nacional, como en las universidades públicas.

Universidad crítica y deliberante

En esto tendría que consistir el papel político que tiene que desempeñar una universidad crítica y deliberante.

En las universidades públicas no se trata simplemente de reclamar un espacio para hablar, para que la palabra y la razón imperen; no se trata de entrelazar las manos de los estudiantes con el equipo rectoral para enfrentar la violencia; se trata es de demandar los derechos de participación política como, por ejemplo, el derecho a examinar el presupuesto, el derecho a elegir representantes, el derecho a exigirles a los funcionarios elegidos responsabilidad por sus acciones públicas.

La democracia se simboliza en que debe haber el espacio para el deliberar juntos y actuar en común, pero la democracia se basa en la desconfianza.

Pero por sobre todo, los ciudadanos no deben creer en la palabra del gobernante (o del rector de turno) que proclama que él está actuando en su nombre.

La democracia exige una constante vigilancia. Y para poder ejercerla se requiere que los ciudadanos defiendan democráticamente la Constitución ejerciendo sus derechos políticos, resistiendo mediante la crítica, la protesta y la huelga todos los abusos del poder, utilizando la libertad de prensa para defenderse de la opresión y apelando a la fuerza de los tribunales para hacer valer los derechos individuales.

* Profesor titular del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia; Doctor en Filosofía, Universidad de Konstanz (Alemania). Becario de la Fundación Alexander von Humboldt. E-mail: franciscocortes2007@gmail.comEsta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla .
Notas de pie de página

[1] Arango, Iván Darío: Alma Mater. No. 593. En: http://almamater.udea.edu.co/periodico/
[2] Constant, Benjamin: De la libertad de los antiguos comparada con la libertad de los modernos. Tecnos. Madrid, 1998. Pág. 90.
[3] Constant, Benjamin. Op.cit., p.91.
[4] A estos problemas hice referencia de forma más descriptiva en: ¿Democracia? ¿Cuál democracia? En: Razón Pública, sección Política y gobierno. Domingo 19 de septiembre de 2010. En:
http://www.razonpublica.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1393:idemocracia-icual-democracia&catid=19:politica-y-gobierno-&Itemid=27
   
   Francisco Cortés Rodas

Francisco Cortés Rodas*

Intervención Sergio Muñoz - Movilización en Riohacha por la Defensa de las Regalías - 2010


Intervención de Sergio Muñoz, presidente de la OCE-Unicesar y miembro del Comité Cívico por la Defensa de las Regalías, en la Movilización Departamental por la Defensa de las Regalías, llevada a cabo en Riohacha (La Guajira), en noviembre del 2010.

Sergio Muñoz - Comisión I Cámara de Representantes - Regalías- 2010


Intervención de Sergio Muñoz, presidente de la OCE-Unicesar y miembro del Comité Cívico por la Defensa de las Regalías, en la Audiencia Pública sobre Regalías, citada por la Comisión I de la Cámara de Representantes en la ciudad de Valledupar, el día 29 de octubre de 2010.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA: NI LO UNO NI LO OTRO.


Noviembre 27 de 2010

Sergio Muñoz, Presidente OCE-Unicesar.


El problema del desarrollo científico y tecnológico es una constante en todos aquellos que apuntan al progreso incesante de la humanidad y a la optimización del uso del medio circundante para beneficio de todo el conglomerado social. Lógicamente, este problema no será resuelto únicamente con espíritus investigativos, ideas innovadoras ni buenas intenciones. Parte mayúscula de este problema se zanja con una fuerte y decidida inversión presupuestal estatal.

Fernando Chaparro, quien fue director de Colciencias, señaló que para el año 2008, Colombia invirtió el 0,18% del PIB en el componente de ciencia y tecnología, siendo de los más bajos del continente y del concierto mundial. Mientras tanto Brasil invirtió el 1,30% de su PIB; Chile el 1,15%; Argentina el 1%; México el 0,85; USA el 2,8%; Japón el 3%; la Unión Europea el 2,3%; y China el 2% de su PIB.[1]

El panorama se vuelve más sombrío si tenemos en cuenta que, durante cerca de diez años, el presupuesto de Colciencias decrecía. Para la muestra, en el año 1999 se proyectaron $163 mil millones de pesos de presupuesto para Colciencias, pero Planeación Nacional sólo le asignó $38 mil millones, la cuarta parte.[2]

Mientras que en el año 2009 el 0,4% del PIB, entre inversión pública y privada nacional, se destinó a ciencia y tecnología, el 14,2% se destinó a la “Seguridad Democrática”.[3] Libardo Sarmiento, consultor de la UNICEF, recalcó que Colombia invierte en promedio 60 millones de pesos en un soldado profesional y sólo 8 millones en un estudiante de universidad estatal.

Colombia y Estados Unidos tienen una diferencia de 115 veces en su PIB, pero en lo que respecta a ciencia y tecnología la diferencia asciende a 1.739 veces.[4] Lo anterior es una prueba fehaciente de que a nuestros gobiernos poco o nada les interesa este asunto. Más bien se han dedicado a explotarlo como “caballo de Troya” para impulsar medidas regresivas, que a la larga terminan afectando más que beneficiando.

El documento Conpes 3652 del 15 de marzo de 2010 le da concepto favorable a la Nación para contratar empréstitos externos con la banca multilateral hasta por $50 millones de dólares, destinados a financiar el fortalecimiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, SNCTeI.[5] De los $50 millones de dólares, el BID aportará $25 millones de dólares y el Banco Mundial otros $25 millones de dólares, proyecto que durará tres años. Pero para la inversión en investigación e innovación sólo se destinaron $17,91millones de dólares, el 34% del total. Una vez más un discurso maximalista y grandilocuente y unos hechos totalmente ineficaces que rayan en lo ridículo.

Es inconcebible que se hable de un marcado nuevo interés por la ciencia, tecnología e innovación de parte de estos gobiernos cuando la realidad refleja universidades estatales completamente desfinanciadas, inmersas en la llamada “Ley de quiebras”, que tienen que recurrir a recursos propios para poder mantenerse en pie; un Gobierno central que les adeuda a estos entes $600 mil millones de pesos, que bien podrían utilizarse en dotación y construcción de laboratorios, en financiación de la investigación, etc. Una vez más el discurso no concuerda con la realidad.

Irónicamente Colciencias tiene un fondo que se denomina “Francisco José de Caldas”. Es necesario recordar que la historia le atribuye a Pablo Morillo, “El Pacificador”, la frase “España no necesita sabios” para rechazar la petición de indulto de Caldas. Parece que día a día los gobiernos colombianos exclamaran “¡Colombia no necesita sabios!”



[1] http://www.mineducacion.gov.co/observatorio/1722/article-173325.html
[2] http://aupec.univalle.edu.co/informes/feb99/investigaciones.html
[3] http://moir.org.co/DE-LOS-PREMIOS-NOBEL-Y-DEL-ATRASO.html
[4] http://moir.org.co/SOBRE-CIENCIA-Y-TECNOLOGIA.html
[5] http://www.dnp.gov.co/PortalWeb/LinkClick.aspx?fileticket=LBpEzwys1TY%3D&tabid=1063

CONSOLIDANDO UNA VERDADERA UNIDAD NACIONAL




Noviembre 4 de 2010

Sergio Muñoz, Presidente OCE-Unicesar.


En un acto de marrullería (“picardía” lo llamarían ellos), el gobierno de Juan Manuel Santos se autoproclamó como el gobierno de la “Unidad nacional”. Se declararon por fuera de ella partidos políticos como el Polo Democrático Alternativo, el único en declararse en franca y abierta oposición, además de movimientos sociales, indígenas, ambientales y estudiantiles. Es decir, una gran franja de la población colombiana piensa diferente y rehúye cualquier clase de entrega o sometimiento a la “manguala nacional”.

La autoproclamada unidad generó una oleada de ilusiones entre la opinión pública nacional sobre las bondades del nuevo gobierno y su distanciamiento con el gobierno de Álvaro Uribe. Las medidas cosméticas adoptadas por el gobierno de Santos habían logrado distraer y desorientar a cierta parte de analistas y a un sector de la población. Pero lo cierto es que dicho embrujo duró muy poco.

Medidas como mantener al actual director general del DAS, ente responsable de una amplia campaña de persecución a los contradictores del gobierno; el mantenimiento hasta último momento (hasta que tuvo que ceder) de la terna para Fiscal General de la Nación; el impulso a la reforma de la Ley 30 para recortar presupuesto a las universidades públicas; los atropellos cometidos por la Fuerza Pública en Arauca y otras regiones; la ley de primer empleo; la sostenibilidad fiscal que convierte en viles mercancías los más elementales y necesarios derechos de los seres humanos; y el raponazo a municipios, departamentos y puertos de sus regalías, son sólo algunos de los ejemplos.

El proyecto de Acto Legislativo 013 que expropia las regalías a departamentos, municipios y puertos, con el objetivo de centralizarlas bajo el control absoluto del Gobierno nacional, contrariando la tan cacareada descentralización, ha generado una masiva y contundente respuesta de los afectados por la defensa de lo que les pertenece. Esto ha llevado a la necesidad de unificar la resistencia civilizada a nivel nacional.

Dándole solución a dicho objetivo, una delegación de diputados del Meta hizo presencia en el Cesar, compartiendo ideas, unificando criterios y programando actividades conjuntas con los miembros del comité cívico Cesarenses por la Defensa de las Regalías, con un éxito rotundo y logrando cohesionar aún más a todos los sectores nacionales erguidos en bravía resistencia.


“Buscamos la hermandad para poder hablar el mismo idioma y enviar el mensaje a todos los colombianos, y al Gobierno nacional de que no estamos de acuerdo con este Acto Legislativo” señaló el presidente de la Asamblea departamental del Meta, Alexander Patiño.

También el Comité Cívico del Cesar, integrado por el gobernador, los diputados, partidos políticos, candidatos, jóvenes, gremios, personalidades y demás, reafirmó su compromiso de no cejar en el esfuerzo conjunto por defender la participación que actualmente poseen los entes territoriales sobre los recursos de regalías, teniendo muy claro que la verdadera equidad sólo se dará cuando las multinacionales paguen lo que de verdad valen nuestros recursos naturales no renovables.

Según Carlos Osorio, diputado del Meta, “las regalías no son otra cosa que el desarrollo del departamento”, las cuales, en muchos casos, se convierten en el único sustento de municipios; en el porcentaje más amplio de los presupuestos de los departamentos productores; y en la única posibilidad de acceso a ciertos beneficios a la población más vulnerable. “El acto legislativo no tiene razón de ser, porque quiere llevarse la plata y dejarnos los problemas a nosotros”, reafirma el diputado Osorio, refiriéndose al fuerte impacto ambiental y social que se vive en las zonas productoras.

Las ultimas palabras que dirigió el diputado Carlos Osorio a los reunidos es un claro reflejo de la valerosa actitud que guía a aquellos que en defensa del interés nacional rechazamos esta intentona de Santos: “Por eso estamos organizados, definidos y estamos prestos a ir hasta las últimas consecuencias para que el gobierno nacional no se lleve las regalías”. El gobierno está en preaviso y tengan la certeza de que no desistiremos.


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