LECCIONES QUE SE DEBEN APRENDER


Armando Portela Quintero - Coordinador CEDETRABAJO (Cesar)

Cuando se escuchan términos como lección y aprendizaje, inmediatamente tomamos como referente la práctica, el quehacer cotidiano de los maestros y maestras, su labor abnegada en el desarrollo de la docencia que es la aplicación de su saber específico, la pedagogía. De esto sabe y conoce mucho el magisterio colombiano. Sin embargo, bueno es recordar viejas lecciones y permanecer con la mente abierta para nuevos aprendizajes; pues, Las viejas lecciones tienden a disiparse en el intrincado laberinto de la complacencia y a borrarse en la oscura sombra de los tiempos.

Esta reflexión viene al caso al recordar que tras una larga y sostenida lucha, durante dos azarosas décadas, de los 70 y los 80 del siglo XX, el magisterio colombiano organizado en la Federación Colombiana de Educadores –FECODE-- obtuvo un resonante triunfo. Fue una época de épicas batallas por sacar del ostracismo a la profesión docente, porque se le reconociera su estatus laboral especial y por lo tanto y correlativamente un régimen prestacional y de salud especiales, todo ello garantizado por el cerrojo de la estabilidad laboral.

Al magisterio colombiano, también es bueno  recordarlo, nada le ha sido dado: todos los derechos que reivindicó y las garantías laborales y prestacionales con que se ha venido beneficiando, como consecuencia de la más elemental justicia, fueron conquistados en un constante, firme y decidido batallar en contra de las más retardatarias corrientes políticas y sociales empotradas en la cúpula del Estado. Esta conquista de derechos, es, pues, una de esas importantes lecciones que no se deben olvidar.

Con el correr de los años, obligado por su cada vez más recurrente y profunda crisis, el sistema capitalista imperial ha puesto en marcha la hasta hoy más salvaje y perversa andanada de pillaje y saqueo contra los pueblos y naciones débiles del mundo: se trata de la política neoliberal, también conocida como globalización, que ve como rentables negocios y busca jugosas ganancias hasta en servicios que son derechos fundamentales de la sociedad, tales como la salud y la educación. Sobra decir que con el señuelo de la modernización neoliberal, el sistema nacional de salud pública ha sido arrasado completamente toda vez que los sucesivos gobiernos lo han venido entregando al control voraz de un minúsculo grupo intermediario, las EPS, en detrimento de la salud del pueblo cuya atención es cada vez más precaria y deficiente.

La misma suerte de la salud le espera a la educación. Ya el neoliberalismo decidió que allí hay un rico filón de ganancias y ha empezado su devastadora labor de saqueo, con el auspicio de gobiernos antipopulares y sumisos al imperio como el actual,  de Juan Manuel Santos, que aplica al pie de la letra los postulados de la “Revolución educativa” de Uribe Vélez y pretende entregar la educación pública al sector privado por la vía de contratación o el pago de subsidio a entidades particulares, así como a través de los llamados megacolegios, construidos y dotados con dinero del Estado y luego son entregados en concesión a entes privados, todo en detrimento de la  calidad de la educación y de los derechos laborales, de salud y estabilidad de los maestros y maestras colombianas. 

En respuesta a tan fatídica pretensión gubernamental, la Federación Colombiana de Educadores FECODE presentará el próximo 7 de Abril, un pliego de peticiones al gobierno donde se recogen las más sentidas aspiraciones de los docentes de Colombia. Es la oportunidad para que en el departamento del Cesar los maestros y maestras, antiguos y nuevos, acompañemos solidariamente a nuestro sindicato ADUCESAR y a FECODE a nivel nacional, haciendo un despliegue inusitado de iniciativa y entusiasmo explicando a los padres de familia y a los estudiantes cuál es el peligro que se cierne sobre la educación y la soberanía de Colombia con la privatización de la educación.

Hoy es necesario tener en cuenta dos lecciones nuevas, frescas: la lucha de los trabajadores del Cerrejón, aglutinados en su sindicato, Sintracarbón, y a los camioneros, agrupados en la Asociación Colombiana de Camioneros –ACC-. Estos dos importantes sectores de trabajadores y productores nacionales nos han señalado con su accionar cómo es que debemos defender nuestro Pliego de Peticiones. Como ellos es necesario que la organización sindical se dé a la acuciosa tarea de difundir dicho Pliego en la comunidad educativa y demás estamentos sociales,  pedagogía a fondo, educar y concientizar tanto al magisterio como a los usuarios del servicio público educativo  de la justeza de cada una de las peticiones y de los beneficios que  tiene una educación pública de calidad, de carácter científico, con cobertura universal y totalmente financiada por el Estado. 

Las lecciones de los trabajadores mineros del carbón y de los camioneros son claras: 1) se requiere de la más férrea unidad gremial para conjugar la fuerza de la razón con la razón de la fuerza para desarrollar, con posibilidad de éxito, una batalla de largo aliento con tesón y sin desmayo; 2) Es necesario asumir la defensa del Pliego con decisión inquebrantable para no retroceder ante los escollos de la adulación, la intimidación, la calumnia, la amenaza y la represión, seguros de que la conquista y defensa de nuestros derechos no serán concedidos gratuitamente sino que dependen totalmente de nuestra unidad y capacidad de lucha.

La suerte está echada. El Pliego de Peticiones, que contiene reivindicaciones importantes como el respeto al régimen especial de salud, un Estatuto Único para la Profesión Docente, entre otros, será el muro de contención a la feroz arremetida del gobierno neoliberal de Juan Manuel Santos contra el magisterio y la educación pública. 

¡Defendamos firme y decididamente nuestro justo Pliego de Peticiones!

0 comentarios:


Videos OCE-Unicesar Blip.tv

Universidad Popular del Cesar

Universidad Popular del Cesar
Click para ingresar

Grupo de OCE-Unicesar en Facebook

¿Te gusta nuestra pagina?

My Great Web page