El rector de la Universidad Distrital Carlos Ossa Escobar, se pregunta porqué la senadora Gina Parody y el Representante Roy Barreras, entre otros, no se pronunciaron ni protestaron la semana anterior cuando gracias a CNN, los colombianos constataron que la policía sí disparó sus fusiles contra los indígenas en el Cauca.
Los congresistas junto con el concejal Felipe Ríos, fueron quienes con bombos y platillos presentaron meses atrás en los medios de comunicación, unos videos en los que un puñado de estudiantes usando capuchas para cubrir sus rostros, lanzaban consignas al interior del claustro universitario.
"... frente al espectáculo de un policía encapuchado, como lo reveló la televisión extranjera y lo reconoció el Gobierno Nacional, disparando contra la marcha de los indígenas, con la complicidad de un pelotón, en evidente actitud violenta, debemos expresar nuestra sorpresa por el silencio de estos defensores de las instituciones y la democracia", dice.
Por Carlos Ossa Escobar*
Hace varias semanas la senadora Gina Parody, un representante a la Cámara y un concejal de Bogotá, junto con algunos comentaristas y varios ciudadanos pusieron el grito en el cielo, armaron una gran alharaca, una tremenda algazara porque aparecieron unos encapuchados, al parecer estudiantes, en una reunión de la Universidad Distrital, en la cual estaban presentes el Rector y otros directivos. Se rasgaron las vestiduras de una manera, en verdad, melodramática.
Dijeron o insinuaron en aquella ocasión que había infiltración de las fuerzas insurgentes en la Universidad; afirmaron que, con la aquiescencia de las directivas, se estaban propiciando actos subversivos en los centros de educación superior, sobretodo en los de carácter público.
Frente a esta avalancha de críticas y de insinuaciones, nos vimos precisados a salir al debate público y a presentar cuatro argumentos: primero, en la universidad hay libertad de expresión y cualquiera tiene el derecho a exponer sus ideas; segundo, el uso de capuchas no es necesariamente motivo de alarma, pues puede deberse a razones de seguridad y a precaver persecuciones contra quienes disienten; tercero, fueron expresiones pacíficas de ideas. Y un cuarto argumento, o más bien, un comentario a tener en cuenta fue llamar la atención sobre lo peligroso de “macartizar” la Universidad Pública.
Ha pasado el turbión de este hecho y ha quedado claro que sobre este tipo de actos existen diversas opiniones. No pretendimos ganar el debate sino auspiciarlo y mostrar su peligrosa, y ojalá inconsciente, intención en sus promotores de debilitar la universidad pública; y lo logramos.
Pero hoy, frente al espectáculo de un policía encapuchado, como lo reveló la televisión extranjera y lo reconoció el Gobierno Nacional, disparando contra la marcha de los indígenas, con la complicidad de un pelotón, en evidente actitud violenta, debemos expresar nuestra sorpresa por el silencio de estos defensores de las instituciones y la democracia.
En este caso, a diferencia de lo sucedido en la Universidad, varias circunstancias muestran la gravedad de lo sucedido: es un agente del orden, que debe estar identificado y no encapuchado; está armado, dispara contra una población inerme y utiliza procaces vocablos. Es un evidente acto criminal y subversivo del orden. (¿O era un “para”?).
Cabe preguntar: ¿Dónde está la senadora Parody y demás políticos y comentaristas que elevaron su protesta con voz encendida para condenar el atropello de unos jóvenes encapuchados arengándole a sus supuestos compañeros? ¿Dónde está su defensa encendida de la paz frente a un evidente hecho subversivo? ¿Dónde está su solicitud de investigaciones y su defensa de la estabilidad institucional, amenazada en materia grave?
Esta es la doble moral que el país no puede ni debe soportar.
* Rector Universidad Distrital
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