Oficina de Prensa Senador Jorge Enrique Robledo, Bogotá, septiembre 4 de 2007
Como “aspectos antisociales” y agresiones contra el progreso del país calificó el senador Jorge Enrique Robledo el desmonte al mal llamado subsidio a los combustibles y las exorbitantes ganancias que se llevan las trasnacionales privadas en los servicios públicos.
Al analizar en la Comisión Quinta el presupuesto del Ministerio de Minas y Energía, rechazó las descomunales ganancias que obtienen hoy las trasnacionales privadas en el sector eléctrico y el de gas. El congresista del Polo Democrático preguntó: “¿Se justifica que los gobiernos privatizadores las hayan puesto a ganar gigantescas utilidades y que no les exijan destinar buena parte de ellas a subsidiar a los pobres de Colombia, subsidio que el Estado debe sacar de los impuestos que les cobra a esos mismos pobres?”
Robledo defendió los subsidios, “pues los usuarios no tienen con que pagar los servicios y es cada vez mayor el número de los que sufren cortes. Pero el sistema –agregó Robledo– contiene una perversidad absoluta, porque, una de dos: o se suprimen las ganancias privadas para que las tarifas no suban tanto o se obliga a las trasnacionales a otorgar ellas mismas los subsidios”.
El otro aspecto antisocial que tiene el presupuesto es el desmonte al mal llamado “subsidio a los combustibles”. El gobierno pretende bajarlo de 2,9 billones de pesos a 733 mil millones, un recorte superior a los dos billones. ¿Qué significa en plata blanca? Que los colombianos, de preferencia los pobres y las capas medias, tendrán que pagar el año entrante dos billones de pesos más por los combustibles. El senador Robledo enfatizó en que el 40 por ciento de los precios de la gasolina son impuestos y que es falaz afirmar que los subsidios a los combustibles favorecen a los “ricos” del país.
En la lógica de la privatización neoliberal, seguirán arruinándose los pequeños y medianos transportadores y continuará concentrándose la propiedad en unos cuantos monopolios. También sufrirán los agricultores, sector en el que la pobreza llega al 90%, pues los abonos y buena parte de los insumos guardan estrecha relación con los combustibles. Tal es el caso de la úrea, cuyos precios han subido de manera escandalosa en los últimos años.
En resumen, dijo Robledo, el presupuesto servirá para llenar aún más los bolsillos a la plutocracia.
Crecimiento del agro: un desastre
Robledo no dudó en calificar de desastrosa la política agropecuaria del gobierno y mostró cómo en el campo son crecientes el desempleo y la ruina de miles de productores y jornaleros agrícolas. Citando a Portafolio, denunció cómo las cifras de crecimiento del sector (1,9%) contradicen las presentadas por el ministro de Agricultura en la rendición de cuentas el pasado 31 de julio, hecho que calificó de “grave, muy grave”. “Y el ministro Arias, en vez de venir a la Comisión Quinta a explicarle lo desastroso de su gestión, se va de paseo con el presidente Uribe a mirar cosas que nada tienen que ver con su cartera.”
Robledo también denunció que, de no ser por el café, el crecimiento de la agricultura habría sido de 0,1 por ciento, de acuerdo con lo explicado por el ministro de Hacienda. Y mientras la economía crece al orden del 8 por ciento, la agricultura tiene uno cuatro veces menor, lo que pone aún más al desnudo el desastre agrario.
El senador del PDA reclamó que si hay subsidios para los bananeros y los floricultores a fin de mitigar los dañinos efectos de la revaluación, los haya también para las ocho mil familias de plataneros que en Urabá se encuentran al borde de la quiebra.
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