El ICETEX, institución tan mencionada y famosa por estos días debido al presupuesto aprobado por el congreso de la república para el año 2010, es motivo de debate y controversia. Pero hasta ahora solo se ha mostrado un lado de la moneda.
Luego de la aprobación de un presupuesto que deja con respirador artificial a las universidades públicas, el gobierno con argucias y falacias de todo tipo, ha intentado persuadir a algunos incautos de que a través del icetex se le dará a las universidades públicas un “aumento” de 70 mil millones de pesos. Presupuesto que será repartido por el Ministerio de Educación Nacional, teniendo en cuenta “Criterios de Equidad”, sin dejar entrever como va a ser repartido ni cuales van a ser los criterios de equidad a utilizar.
En los últimos 4 años el icetex ha tomado una inusitada relevancia y desde el gobierno, a través de los medios, se le han atribuido grandes beneficios, como por ejemplo que gracias al ICETEX se ha dado un aumento significativo de cobertura en la educación superior y se le ha endilgado el hecho de que gente de bajos recursos haya podido estudiar en universidades privadas, gracias a las comodidades de pago. El hecho de que más gente está ahora en la educación superior es innegable, tanto así que los indicadores de cobertura son los únicos que se han elevado en este gobierno, mientras que los de presupuesto se encuentran congelados desde el año 1993. Ahora, lo que habrá que analizar es en qué condiciones las personas de pocos recursos están estudiando. Es importante entonces entrar a determinar primero que todo que es el ICETEX, además como funciona y cuál es su objetivo, para después analizar si realmente responde a las reales necesidades de un país como el nuestro, atrasado y subdesarrollado precisamente por la falta de competitividad y de oportunidades en el campo académico y laboral o si es una herramienta más de subyugación en un sistema dominado por el capital.
El ICETEX a partir del año 2005 a través de la Ley 1002 de ese año, es una entidad financiera de carácter especial, es decir, debe gestionar sus propios recursos. Los dineros que presta el Icetex provienen, actualmente, de un préstamo que le hizo Banco Mundial y que se está pagando, y de los recaudos de los pagos que hacen quienes se han beneficiado de los créditos de la entidad. En pocas palabras, el ICETEX es un banco más en nuestro país, donde los clientes son estudiantes de bajos o medianos recursos que desean acceder a la educación superior y por ende se les trata como tal: prestamistas o clientes potenciales aplicando para un crédito educativo.
La representación legal del Icetex está a cargo de un presidente, quien es agente del Presidente de la República, y es de su libre nombramiento y remoción. Actualmente este cargo lo ostenta Marta Lucía Villegas Botero, ex-militante de Alas equipo Colombia, el que fuera antes de su desintegración, un partido de la coalición gubernamental, salpicado como tantos otros, por la parapolítica. Queda en entredicho así la autonomía de la entidad que se ha querido mostrar, ya que está supeditada a las decisiones del gobierno nacional, en cabeza del Doctor Uribe y dirigidas por medio del Ministerio de Educación Nacional.
La misión de la entidad según su página de internet es: “promover y financiar el acceso y la permanencia en la educación superior en Colombia y el exterior; a través del crédito educativo.”
Primero resulta paradójico que en Colombia, siendo este un estado social de derecho donde según el artículo 67 de la constitución la educación”… será gratuita en las instituciones del Estado…” y en donde “la Nación y las entidades territoriales participarán en la dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales…” se promueva de manera tan amplia la financiación de las carreras universitarias (sobre todo en universidades privadas) y se dé tan poco apoyo presupuestal a las universidades del estado.
Pero bueno, por otro lado según la visión del ICETEX, esta pareciera ser una entidad dirigida única y exclusivamente al apoyo del estudio en la población más vulnerable del país, desligada de algún otro interés, pero lo que no se dice en ninguna parte, la cara oculta de este tipo de entidades, es por ejemplo, que los intereses en los préstamos a largo plazo para los estudiantes van del 13,2 por ciento al 15,72 por ciento anual. Intereses por demás muy similares a los de un crédito con cualquier entidad financiera común. Entonces lo de la promoción de la educación ya empieza a sonar disonante con el accionar real de esta institución. Esto se suma a la necesidad por parte del solicitante de tener un deudor solidario que no sea mayor de 60 años, que pueda demostrar ingresos que garanticen la deuda (que puede llegar a ser muy alta en el caso de algunas carreras y/o universidades), que tenga un historial financiero, crediticio y fiscal favorable, que no esté reportado en ninguna central de riesgo y que finalmente obtenga un puntaje de calificación superior al mínimo establecido en el modelo de estudio adoptado por el ICETEX.
Pero para explicar de manera más grafica y palpable la realidad de los créditos a través de esta entidad miremos el siguiente análisis práctico de la situación:
Por medio de un estudio realizado por la revista semana, publicado en su edición del 10 de Noviembre del presente año, se realiza una simulación de un plan de pagos de un estudiante de estrato 1 que tiene sisben, que quisiera estudiar una carrera de 3 millones de pesos el semestre. A este estudiante el ICETEX le giraría cada semestre 2 millones 250 mil pesos, los otros 750 mil pesos los pagaría el estudiante. Esto le costaría al estudiante 7 millones 500 mil pesos a lo largo de 10 semestres que dura una carrera usualmente. Además el icetex impone una cuota de manera mensual llamada “cuota de cultura de pago”, que no es otra cosa sino una mensualidad arbitraria que genera gastos fijos en la familia y a través de la cual se cobra tácitamente otro interés por el préstamo. Esta cuota sería el primer año de 67 mil 500 pesos. Éste valor se incrementaría el 6 por ciento cada año por lo que el segundo año pagaría 71.550 pesos, el tercer año pagaría 75.843, el cuarto 80.393 y el ultimo 85.216 pesos. Entonces estaría pagando el primer año por concepto de “cuota de cultura de pago” 810 mil pesos, el segundo 858.600 pesos, el tercer año 910.416 pesos, el cuarto 964.716 pesos y el ultimo año 1 millón 22 mil pesos. En total por toda la carrera pagaría 4 millones 566 mil pesos por este concepto, que sumados a los 7 millones 500 mil pesos de las matriculas semestrales, sumarian 12 millones 66 mil pesos.
Al final de su carrera, el estudiante le quedaría debiendo al ICETEX 16 millones 911 mil pesos, para pagarlos en 120 cuotas de 307 mil 857 pesos, lo que significa que estaría pagándole intereses al ICETEX hasta 10 años después de haberse graduado. El pago de esta deuda final nos arroja la friolera de 36 millones 942 mil pesos, que sumados a los anteriores 12 millones 66 mil pesos pagados en las matriculas y en las cuotas mensuales, nos dan un gran total de 49 millones 8 mil 864 pesos. Es decir una carrera de 3 millones el semestre, que en su totalidad se saldaría con 30 millones de pesos de contado, gracias a las “facilidades y bondades” del ICETEX, termina costando 19 millones más, y eso que el crédito es dirigido a la población con menores posibilidades económicas. Esta es otra de las pirámides estatales, de esas que funcionan en sentido contrario. Diferente a DMG, aquí el que más pone es el ciudadano de a pie y el estado al final recoge con frutos la suma invertida inicialmente.
Con esta rentabilidad y altos intereses no es de sorprender entonces que la cartera colocada en el icetex en 2005 haya sido de 517 mil millones de pesos y el estimado para 2010 sea de 2.4 billones de pesos, según proyecciones registradas en su página web. Un negocio redondo con el cual alguien se estará beneficiando seguramente. ¿Quién? Con certeza no los estudiantes.
Pero ¿por qué se cobran intereses? Según Edith Cecilia Urrego, vicepresidenta de Crédito y Cobranza, se cobran intereses para pagar toda la infraestructura que requiere el manejo de estos préstamos y para pagarle a empresas que son contratadas para manejar las admisiones de los candidatos, los cobros de cartera y los archivos de los documentos de los beneficiarios. Entonces haciendo cuentas, el manejo del préstamo del estudiante que pusimos de ejemplo, el cobro del mismo, el manejo de su admisión y su archivo tienen un costo de más de 19 millones de pesos. Es este es el apoyo que desde el gobierno se le da a la educación superior de los menos favorecidos: generarle intereses que se miden en millones de pesos, por permitirles acceder a la educación superior que en ultimas debería ser totalmente gratuita.
Además desde el gobierno se generan presiones para que -según el mismo Ministerio de Educación- se comprometa a las universidades para que garanticen que el egresado endeudado termine la carrera, consiga empleo y pague el crédito.
La realidad laboral después de la universidad no es nada prometedora en nuestro medio y menos para aquellos que por necesidad terminaron siendo acreedores de un crédito con el ICETEX. Hasta el año pasado según fuentes del mismo ICETEX, por lo menos 60 mil créditos se encontraban con algún tipo de mora y ya sabemos porque. El ahora egresado, empieza su vida laboral ya con deudas que muchas veces no puede solventar, esta deuda de 10 años (o 120 cuotas) la debe pagar puntualmente, so pena de ser reportado en datacrédito generándole un reporte crediticio negativo, esto podría acarrearle no poder tener prestamos con otras entidades financieras, por ejemplo para iniciar un proyecto laboral independiente, además no podría contratar con el estado por estar impedido debido a la mora que ostentaría. ¿Es acaso esto abrirle las puertas y las oportunidades a los profesionales de nuestro país cuando se enfrentan al mundo laboral?
Para finalizar es importante apuntar que la gran mayoría de los créditos desembolsados por parte del ICETEX son destinados para educación en universidades privadas. De acuerdo a un estudio hecho por la Universidad Nacional, de los créditos adjudicados en el periodo 2003 a 2008, el 80.3% de los beneficiarios estaban en instituciones privadas y el 19.7% en instituciones públicas. Por esta razón el gobierno no puede sostener arrogante y cínicamente, como lo ha hecho, que al otorgar estos 70 mil millones de pesos del presupuesto nacional al ICETEX, las grandes ganadoras han sido las universidades públicas, porque ni siquiera se han definido los criterios para repartir el dinero y porque dada la naturaleza de esta entidad, como lo hemos visto, es de suponer que muy poco será lo que nuestras alma mater verán de él.
Nos enfrentamos a una nueva arremetida contra la educación pública en Colombia. Arremetida que solo con el decidido y valeroso accionar del movimiento estudiantil podrá ser soportada y superada. El presente es aciago, y el futuro es sombrío, pero hoy más que nunca, en pie de lucha resisten las 32 universidades públicas de Colombia, las 32 universidades de nuestro pueblo.
Luego de la aprobación de un presupuesto que deja con respirador artificial a las universidades públicas, el gobierno con argucias y falacias de todo tipo, ha intentado persuadir a algunos incautos de que a través del icetex se le dará a las universidades públicas un “aumento” de 70 mil millones de pesos. Presupuesto que será repartido por el Ministerio de Educación Nacional, teniendo en cuenta “Criterios de Equidad”, sin dejar entrever como va a ser repartido ni cuales van a ser los criterios de equidad a utilizar.
En los últimos 4 años el icetex ha tomado una inusitada relevancia y desde el gobierno, a través de los medios, se le han atribuido grandes beneficios, como por ejemplo que gracias al ICETEX se ha dado un aumento significativo de cobertura en la educación superior y se le ha endilgado el hecho de que gente de bajos recursos haya podido estudiar en universidades privadas, gracias a las comodidades de pago. El hecho de que más gente está ahora en la educación superior es innegable, tanto así que los indicadores de cobertura son los únicos que se han elevado en este gobierno, mientras que los de presupuesto se encuentran congelados desde el año 1993. Ahora, lo que habrá que analizar es en qué condiciones las personas de pocos recursos están estudiando. Es importante entonces entrar a determinar primero que todo que es el ICETEX, además como funciona y cuál es su objetivo, para después analizar si realmente responde a las reales necesidades de un país como el nuestro, atrasado y subdesarrollado precisamente por la falta de competitividad y de oportunidades en el campo académico y laboral o si es una herramienta más de subyugación en un sistema dominado por el capital.
El ICETEX a partir del año 2005 a través de la Ley 1002 de ese año, es una entidad financiera de carácter especial, es decir, debe gestionar sus propios recursos. Los dineros que presta el Icetex provienen, actualmente, de un préstamo que le hizo Banco Mundial y que se está pagando, y de los recaudos de los pagos que hacen quienes se han beneficiado de los créditos de la entidad. En pocas palabras, el ICETEX es un banco más en nuestro país, donde los clientes son estudiantes de bajos o medianos recursos que desean acceder a la educación superior y por ende se les trata como tal: prestamistas o clientes potenciales aplicando para un crédito educativo.
La representación legal del Icetex está a cargo de un presidente, quien es agente del Presidente de la República, y es de su libre nombramiento y remoción. Actualmente este cargo lo ostenta Marta Lucía Villegas Botero, ex-militante de Alas equipo Colombia, el que fuera antes de su desintegración, un partido de la coalición gubernamental, salpicado como tantos otros, por la parapolítica. Queda en entredicho así la autonomía de la entidad que se ha querido mostrar, ya que está supeditada a las decisiones del gobierno nacional, en cabeza del Doctor Uribe y dirigidas por medio del Ministerio de Educación Nacional.
La misión de la entidad según su página de internet es: “promover y financiar el acceso y la permanencia en la educación superior en Colombia y el exterior; a través del crédito educativo.”
Primero resulta paradójico que en Colombia, siendo este un estado social de derecho donde según el artículo 67 de la constitución la educación”… será gratuita en las instituciones del Estado…” y en donde “la Nación y las entidades territoriales participarán en la dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales…” se promueva de manera tan amplia la financiación de las carreras universitarias (sobre todo en universidades privadas) y se dé tan poco apoyo presupuestal a las universidades del estado.
Pero bueno, por otro lado según la visión del ICETEX, esta pareciera ser una entidad dirigida única y exclusivamente al apoyo del estudio en la población más vulnerable del país, desligada de algún otro interés, pero lo que no se dice en ninguna parte, la cara oculta de este tipo de entidades, es por ejemplo, que los intereses en los préstamos a largo plazo para los estudiantes van del 13,2 por ciento al 15,72 por ciento anual. Intereses por demás muy similares a los de un crédito con cualquier entidad financiera común. Entonces lo de la promoción de la educación ya empieza a sonar disonante con el accionar real de esta institución. Esto se suma a la necesidad por parte del solicitante de tener un deudor solidario que no sea mayor de 60 años, que pueda demostrar ingresos que garanticen la deuda (que puede llegar a ser muy alta en el caso de algunas carreras y/o universidades), que tenga un historial financiero, crediticio y fiscal favorable, que no esté reportado en ninguna central de riesgo y que finalmente obtenga un puntaje de calificación superior al mínimo establecido en el modelo de estudio adoptado por el ICETEX.
Pero para explicar de manera más grafica y palpable la realidad de los créditos a través de esta entidad miremos el siguiente análisis práctico de la situación:
Por medio de un estudio realizado por la revista semana, publicado en su edición del 10 de Noviembre del presente año, se realiza una simulación de un plan de pagos de un estudiante de estrato 1 que tiene sisben, que quisiera estudiar una carrera de 3 millones de pesos el semestre. A este estudiante el ICETEX le giraría cada semestre 2 millones 250 mil pesos, los otros 750 mil pesos los pagaría el estudiante. Esto le costaría al estudiante 7 millones 500 mil pesos a lo largo de 10 semestres que dura una carrera usualmente. Además el icetex impone una cuota de manera mensual llamada “cuota de cultura de pago”, que no es otra cosa sino una mensualidad arbitraria que genera gastos fijos en la familia y a través de la cual se cobra tácitamente otro interés por el préstamo. Esta cuota sería el primer año de 67 mil 500 pesos. Éste valor se incrementaría el 6 por ciento cada año por lo que el segundo año pagaría 71.550 pesos, el tercer año pagaría 75.843, el cuarto 80.393 y el ultimo 85.216 pesos. Entonces estaría pagando el primer año por concepto de “cuota de cultura de pago” 810 mil pesos, el segundo 858.600 pesos, el tercer año 910.416 pesos, el cuarto 964.716 pesos y el ultimo año 1 millón 22 mil pesos. En total por toda la carrera pagaría 4 millones 566 mil pesos por este concepto, que sumados a los 7 millones 500 mil pesos de las matriculas semestrales, sumarian 12 millones 66 mil pesos.
Al final de su carrera, el estudiante le quedaría debiendo al ICETEX 16 millones 911 mil pesos, para pagarlos en 120 cuotas de 307 mil 857 pesos, lo que significa que estaría pagándole intereses al ICETEX hasta 10 años después de haberse graduado. El pago de esta deuda final nos arroja la friolera de 36 millones 942 mil pesos, que sumados a los anteriores 12 millones 66 mil pesos pagados en las matriculas y en las cuotas mensuales, nos dan un gran total de 49 millones 8 mil 864 pesos. Es decir una carrera de 3 millones el semestre, que en su totalidad se saldaría con 30 millones de pesos de contado, gracias a las “facilidades y bondades” del ICETEX, termina costando 19 millones más, y eso que el crédito es dirigido a la población con menores posibilidades económicas. Esta es otra de las pirámides estatales, de esas que funcionan en sentido contrario. Diferente a DMG, aquí el que más pone es el ciudadano de a pie y el estado al final recoge con frutos la suma invertida inicialmente.
Con esta rentabilidad y altos intereses no es de sorprender entonces que la cartera colocada en el icetex en 2005 haya sido de 517 mil millones de pesos y el estimado para 2010 sea de 2.4 billones de pesos, según proyecciones registradas en su página web. Un negocio redondo con el cual alguien se estará beneficiando seguramente. ¿Quién? Con certeza no los estudiantes.
Pero ¿por qué se cobran intereses? Según Edith Cecilia Urrego, vicepresidenta de Crédito y Cobranza, se cobran intereses para pagar toda la infraestructura que requiere el manejo de estos préstamos y para pagarle a empresas que son contratadas para manejar las admisiones de los candidatos, los cobros de cartera y los archivos de los documentos de los beneficiarios. Entonces haciendo cuentas, el manejo del préstamo del estudiante que pusimos de ejemplo, el cobro del mismo, el manejo de su admisión y su archivo tienen un costo de más de 19 millones de pesos. Es este es el apoyo que desde el gobierno se le da a la educación superior de los menos favorecidos: generarle intereses que se miden en millones de pesos, por permitirles acceder a la educación superior que en ultimas debería ser totalmente gratuita.
Además desde el gobierno se generan presiones para que -según el mismo Ministerio de Educación- se comprometa a las universidades para que garanticen que el egresado endeudado termine la carrera, consiga empleo y pague el crédito.
La realidad laboral después de la universidad no es nada prometedora en nuestro medio y menos para aquellos que por necesidad terminaron siendo acreedores de un crédito con el ICETEX. Hasta el año pasado según fuentes del mismo ICETEX, por lo menos 60 mil créditos se encontraban con algún tipo de mora y ya sabemos porque. El ahora egresado, empieza su vida laboral ya con deudas que muchas veces no puede solventar, esta deuda de 10 años (o 120 cuotas) la debe pagar puntualmente, so pena de ser reportado en datacrédito generándole un reporte crediticio negativo, esto podría acarrearle no poder tener prestamos con otras entidades financieras, por ejemplo para iniciar un proyecto laboral independiente, además no podría contratar con el estado por estar impedido debido a la mora que ostentaría. ¿Es acaso esto abrirle las puertas y las oportunidades a los profesionales de nuestro país cuando se enfrentan al mundo laboral?
Para finalizar es importante apuntar que la gran mayoría de los créditos desembolsados por parte del ICETEX son destinados para educación en universidades privadas. De acuerdo a un estudio hecho por la Universidad Nacional, de los créditos adjudicados en el periodo 2003 a 2008, el 80.3% de los beneficiarios estaban en instituciones privadas y el 19.7% en instituciones públicas. Por esta razón el gobierno no puede sostener arrogante y cínicamente, como lo ha hecho, que al otorgar estos 70 mil millones de pesos del presupuesto nacional al ICETEX, las grandes ganadoras han sido las universidades públicas, porque ni siquiera se han definido los criterios para repartir el dinero y porque dada la naturaleza de esta entidad, como lo hemos visto, es de suponer que muy poco será lo que nuestras alma mater verán de él.
Nos enfrentamos a una nueva arremetida contra la educación pública en Colombia. Arremetida que solo con el decidido y valeroso accionar del movimiento estudiantil podrá ser soportada y superada. El presente es aciago, y el futuro es sombrío, pero hoy más que nunca, en pie de lucha resisten las 32 universidades públicas de Colombia, las 32 universidades de nuestro pueblo.
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