Se han hecho visibles las maromas para que Yidis Medina aparezca primero como una loca, luego como una delincuente. Un buen día desde el DAS se citó a una rueda de prensa para que un fotógrafo denunciara los supuestos intentos de secuestro de que había sido víctima por parte de la ex parlamentaria. Los resultados están a la vista: la Fiscalía de Iguarán, ex viceministro de Uribe, ya le abrió expediente a Yidis por el presunto secuestro de alguien que jamás ha estado secuestrado.
Ahora la revista Cambio nos confirmó que hay un procedimiento de inteligencia del DAS, soportando la campaña de desprestigio contra magistrados de la Corte Suprema, la que curiosamente han ambientado algunos articulistas cercanos al Gobierno o a la Vicepresidencia, y hasta el cínico Fernando Londoño, el “Héroe de Invercolsa”, quien salió a decir que “en Colombia nadie responde por nada”, él que no ha devuelto las acciones de Invercolsa que no le pertenecen.
Un comando del DAS se volcó a los hoteles de Neiva, para encontrar evidencias de las cercanías del narcotraficante Giorgio Sale y de un controvertido millonario, Ascencio Reyes, con algunos magistrados, a uno de los cuales ya le tocó pedir que lo investiguen. Tan escandalosa revelación no ha merecido una sola explicación del Gobierno, menos una rectificación.
En septiembre del año pasado, el delincuente Tasmania denunció ante Uribe un complot en su contra aparentemente orquestado por el magistrado auxiliar Iván Velásquez, para enredarlo en un atentado contra un paramilitar. Al mandatario no le importó usar su investidura para llamar al magistrado y preguntarle por el asunto en el que tenía interés personal. Pero esta semana se ha sabido que Tasmania se retractó de las acusaciones contra Velásquez, e hizo graves revelaciones que permiten entender el porqué en la Casa de Nariño no quisieron responder con claridad quién les contó todo el cuento de la conspiración contra Uribe, a pesar de que una sentencia de tutela así se lo ordenó a Bernardo Moreno.
También por la revista Cambio nos enteramos de una coincidencia todavía más inquietante. José Obdulio Gaviria (JOG) declaró sin sonrojarse que “en razón de mi trabajo he mantenido un contacto diario con el DAS, con las Fuerzas Militares y con otros organismos”. Sí, JOG, el mismo siniestro personaje de quien Juan José Rendón, el venezolano experto en guerras sucias, se declarara admirador y contertulio. Ingenuos quienes creímos que JOG era sólo un asesor político, cuando es algo más que un torvo consejero de seguridad, que tiene abiertas las puertas de la inteligencia y la Fuerza Pública, sin límite alguno. ¡Qué miedo!
Aunque JOG sostuvo que nunca ha utilizado los recursos oficiales “para causas innobles”, es difícil saber qué quiso decir, pues tan conspicuo consultor hace favores a granel a quienes lo buscan, como el que la revista Donjuan sugiere hizo a un actor, que resultó ser Rodrigo Obregón, que pidió “dinero, armas y aviones para filmar una película”, el mismo que lidera la fundación ‘Colombia Herida’, promotora de marchas contra las ONG de derechos humanos.
El procurador Maya anunció que su despacho estudiaría si JOG es un simple particular que por sólo aconsejar está a salvo de la Procuraduría, o si atendidas sus reales funciones, puede ser investigado y sancionado. Con tantas coincidencias, va siendo hora de concluir tan enjundioso estudio.
¿Será que el presidente Uribe no se entera de las andanzas de su amado JOG, ni de los montajes que florecen a su alrededor ? Lo dudo.
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Adenda.- Crecieron los desplazados, los refugiados, los cultivos de coca, los asesinatos, pronto el desempleo, y todavía faltan 6 años de Uribe.
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