Desde el computador de 'Jorge 40', cuyas revelaciones destaparon el escándalo de la 'parapolítica', el país no había vuelto a experimentar tanto revuelo por ningún otro aparatico de estos como lo ha hecho con el de 'Raúl Reyes'. Sus secretos dejan muy mal parados a los presidentes Correa y Chávez. De eso no hay duda.
Sin embargo, eso no es lo único que me sorprende por esto días. Basta repasar la historia reciente y hacer una somera comparación entre uno y otro caso, para llegar a la conclusión de que, en cuestión de computadores, este gobierno tampoco queda muy bien parado.
Cuando el contenido del computador de 'Jorge 40' se hizo público y este salpicó a importantes alfiles uribistas de la Costa con los 'paras', el Gobierno, de manera rápida, salió a desestimarlo. En ese entonces, el ministro del Interior, Carlos Holguín Sardi, afirmó ante los medios de manera tajante que el país no podía creer una versión dada por un delincuente. Qué curioso que hoy, cuando el delincuente se llama 'Raúl Reyes', la reacción del presidente Uribe y de su Gobierno sea tan distinta. Ahora resulta que la información de ese computador sí es totalmente veraz, incluso en temas puntuales que han terminado en un fiasco, como la entretenida pero poco creíble historia del uranio empobrecido que nos quisieron vender a los colombianos, la cual resultó tan devaluada que acabó convertida en un vil desecho hospitalario.
Pero, además, sorprende también la manera como el Gobierno ha manejado la información en uno y otro caso. Mientras los hallazgos del computador de 'Jorge 40' fueron publicados por los medios sin romper ninguna cadena de custodia, ya que eran parte de las pruebas de un proceso en la etapa de juicio, y aquellos, repito, fueron desestimados una y otra vez por el gobierno Uribe, este se vino lanza en ristre contra los medios que publicaron los contenidos del computador. Al Gobierno le disgustó que esa información hubiera salido a la luz pública, pues golpeaba a sus huestes costeñas. Por el contrario, las revelaciones de 'Raúl Reyes' han recorrido un camino muy distinto. Una a una, han sido filtradas a los medios por el propio Gobierno, que es, esta vez, el interesado en hacer pública esa información. Los medios, a su vez, tampoco han hecho un esfuerzo por contextualizarlas o por verificarlas. Y la Fiscalía no se ha distinguido precisamente por hacer respetar la cadena de custodia, tan importante a la hora de la valoración de las pruebas con miras a abrir el proceso de la 'Farc-política'. Esas pruebas han pasado por tantas manos, que hoy su valor probatorio está tan empobrecido como el uranio del computador de 'Reyes'. Ya lo dijo el mismo secretario de la OEA, José Miguel Insulza: el contenido de ese computador lo único que prueba es que lo dijo 'Raúl Reyes' y no que lo que allí se afirma sea cierto.
Si la cadena de custodia hubiera funcionado, el organismo encargado de evaluar la veracidad de las pruebas no sería la Interpol, sino el CTI, un organismo colombiano e independiente del Ejecutivo y capacitado para ejercer dicha función. Lo cierto es que hoy esa información del computador la tiene el gobierno norteamericano antes de que nosotros la hayamos avalado judicialmente en el país. ¡Qué barbaridad!
¿De cuándo acá resulta que nuestra justicia permite que un organismo extranjero verifique la autenticidad de unas pruebas, como si nuestra Fiscalía fuera una convidada de piedra? Entre el computador de 'Jorge 40' y el de 'Raúl Reyes' no solo hay un océano de distancia: hay una cárcel llena de uribistas "empobrecidos", a la espera de un salvavidas.
P. D. Después de leer la entrevista de la ex congresista Yidis Medina en El Espectador, en la que vuelve a contarnos los nombres de los ministros y de los congresistas que participaron en la francachela en el Congreso para la aprobación de la reelección de Uribe, los colombianos esperaríamos que la Corte Suprema de Justicia inicie de oficio una investigación por ese gran cohecho político.
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