Un nuevo desangre de la salud

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¿Cómo pensar en comprar lujosas ambulancias aéreas si no ha sido posible poner a funcionar las terrestres?

Las noticias de la semana pasada sobre una licitación de la Federación de Municipios para la compra de una flotilla de aviones ambulancia han pasado casi desapercibidas, aunque son preocupantes, alarmantes y muy graves si se llegan a comprobar irregularidades o negligencia de funcionarios o agencias del Estado.

No alcanza a comprender el ciudadano común o el empresario que aporta a la seguridad social cómo este tema pasó silencioso por el Congreso para terminar incorporado a la Ley del Plan, convertida en la más peligrosa jaula de micos.

Paralelamente, el asunto fue debatido en el seno del Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud sin que se haya cuestionado la iniciativa de invertir sumas cuantiosas (más de cuatro billones de pesos en el transcurso de unos años) en un programa no analizado ni discutido a la luz pública.

Finalmente, nos dice la información, el tema fue abordado en la propia Casa de Nariño, donde un sector del Gobierno se opuso a la negociación.

En un país pobre, donde todavía más de cinco millones de personas no están protegidas ni por el régimen contributivo ni por el subsidiado, en el que casi 20 millones de individuos reciben un paquete de servicios médicos muy limitado, donde mueren muchos enfermos debido al ineficiente servicio de ambulancias terrestres o a la incapacidad de respuesta oportuna de los servicios de urgencia, no tiene justificación alguna embarcarse en la adquisición de lujosos aviones, propios para emiratos árabes, con el fin de organizar un supuesto servicio de ambulancia aérea, servicio que no tiene buenos antecedentes en nuestro medio.

Sorprende, de otro lado, que sea una organización privada, sin experiencia en el tema, altamente politizada y llena de intereses locales, la que abra y adjudique la licitación y, además, administre el programa en las próximas décadas.

¿Cómo pensar en comprar lujosas ambulancias aéreas cuando no ha sido posible poner a funcionar las ambulancias terrestres, que son un caos? ¿Pueden aterrizar los costosos jets en los más de 1.000 municipios que supuestamente se beneficiarán con el programa? ¿Cuántas vidas se salvarán con la flotilla aérea y cuántas se dejarán de salvar al no emplear esos fondos en programas costo-efectivos?

¿Cuántos nuevos afiliados puede recibir el régimen subsidiado de salud con tan abultadas sumas de dinero? ¿Dónde están los estudios de necesidad, factibilidad y eficacia adelantados antes de programar este faraónico plan, y quién los conoció? ¿Por qué se descartó a Satena o a otra organización del Estado y se prefirió entregar los recursos al manejo de entidades privadas, sin experiencia en el tema?

Pobre sector sanitario, con tantas necesidades, tanto dinero y tan pocos dolientes. Definitivamente, los recursos de la salud están convirtiendo el sector en una tentación donde cualquiera puede entrar a ver cómo se beneficia del dinero de los contribuyentes colombianos. Unas veces son las antiguas ARS regionales, otras, los juegos de azar, o algunos municipios que abusan de los subsidios, o redes hospitalarias en manos de mafias.

Afortunadamente actuó la Procuraduría alertando sobre el hecho. Ojalá el Gobierno detenga este nuevo desangre antes de que tengamos que llorar sobre la leche derramada.

* Ex Ministro de Salud

Jaime Arias *

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