Juan Carlos Hurtado Fonseca; periódico Voz, Bogotá, agosto 27 de 2008
Las pasadas elecciones para el comité ejecutivo nacional y las subdirectivas de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, permitieron un notable avance de las corrientes clasistas al interior de las organizaciones de trabajadores. La nueva dirección de la central se propone enfrentar al uribismo y los desmanes de las trasnacionales con movilización.
VOZ habló con Gustavo Triana, vice presidente de la CUT para conocer su visión acerca de los nuevos retos que enfrentarán en el contexto político actual. El dirigente sindical reconoce que la nueva composición del comité ejecutivo supera la exclusión del anterior y que dentro de la crisis del movimiento sindical hay elementos de carácter ideológico.
- La composición del nuevo comité ejecutivo de la CUT volvió a favorecer al Polo y particularmente al sector excluido en el anterior periodo, ¿a qué corresponden estos resultados?
- Los casi 250 mil votantes favorecieron las propuestas de oposición al gobierno de Álvaro Uribe y su política antinacional y autoritaria. Los trabajadores colombianos han sido el blanco principal de las políticas neoliberales y junto a los otros sectores populares han sentido todo el rigor de la negación de derechos y el empobrecimiento generalizado. Este es un Gobierno que ha beneficiado exclusivamente a la oligarquía y a las multinacionales, por eso el voto en las elecciones sindicales fue de los trabajadores más conscientes, con mayor comprensión de la lucha por la soberanía y la democracia y de ahí que favoreciera a los candidatos del Polo.
Las principales dignidades en el comité ejecutivo fueron ganadas por una coalición que propone un mayor énfasis en la denuncia de la dominación imperialista, en la movilización contra tal ingerencia y contra las políticas del Gobierno y los patronos, y que ha estado alertando sobre lo inútil que es el diálogo si no se cuenta con el respaldo de la lucha de los trabajadores. El Acuerdo Tripartito con el Gobierno y los empresarios, firmado por el comité ejecutivo anterior, favoreció el ocultamiento de la violación de libertades sindicales y rebajó la presión internacional sobre el Gobierno de Uribe, creando confusión en las filas obreras.
En las circunstancias que vive el país, está probado que el movimiento sindical no puede guardar expectativa alguna en las convocatorias del inquilino de la Casa de Nariño. El ejemplar paro de camioneros ante el incumplimiento de acuerdos firmados, las movilizaciones de campesinos, procesadores y comerciantes de leche cruda, la huelga de los mineros de Drummond y las decenas de paros de los trabajadores tercerizados, entre otras luchas, son muy dicientes de lo que debe hacerse para ser escuchado por este Gobierno. Por el contrario, con el diálogo y la conciliación el Grupo Ardila Lulle y el Ministerio de la “desprotección” Social despojaron a los obreros de Coltejer de sus más elementales derechos.
- Como es lógico la composición del nuevo ejecutivo ha tenido detractores, ¿Cómo darán garantías a quienes no pertenecen a la coalición mayoritaria?
- Se trata de funcionar como corresponde a las corrientes sindicales democráticas, tomando en consideración los estatutos y la plataforma de lucha de la Central. Desarrollar las conclusiones del V Congreso de la CUT , tomar las decisiones por votación en el comité ejecutivo, dar garantías y representación en todas las instancias a las distintas tendencias y promover un ambiente de fraternidad y funcionamiento democrático. Se trata de respetar y reconocer la voluntad de los electores y no propiciar la exclusión que ocurrió en el periodo anterior.
- ¿A qué se debe la crisis del movimiento sindical y qué grado de responsabilidad le cabe a los dirigentes sindicales?
- Obedece principalmente a la aplicación de políticas neoliberales impuestas por los Estados Unidos y aplicadas dócilmente por los gobiernos de turno, en beneficio de las multinacionales y la oligarquía. La apertura económica, las privatizaciones y la desregulación laboral han conducido al total desconocimiento de los derechos laborales, el abaratamiento de la mano de obra y a la proscripción de los sindicatos, en resumen, a la negación de los derechos de organización, negociación y huelga.
La crisis tiene también un componente ideológico; ha faltado mayor decisión para organizar y promover la resistencia contra la recolonización imperialista, levantar con fuerza la consigna por la defensa de la soberanía económica y los derechos democráticos, alentar y acompañar los pleitos de los sectores populares y de todos los afectados por los mandatos imperialistas; impulsar la lucha política de los trabajadores por el establecimiento de un gobierno de todos los sectores comprometidos con la soberanía, la democracia y el desarrollo económico y social del país.
Hace falta concentrar mayores esfuerzos en la organización y movilización de los millones de trabajadores tercerizados, propiciar un gran movimiento nacional por la recuperación de los derechos laborales y, en medio de esa lucha, avanzar en la unidad y la centralización del movimiento sindical.
- Hay sectores de la ultraderecha que sin medir las consecuencias o porque las han medido, afirman que la central está infiltrada por las FARC. ¿Qué les dice a ellos y que objetivos cree que buscan con esto?
- La CUT es una organización legal, tiene como fundamento principal la lucha de masas y descalifica cualquier práctica relacionada con lucha armada, el secuestro o procederes afines. Intentar relacionar una postura radical frente a la injerencia política, militar y económica de Estados Unidos en Colombia y el rechazo a la “seguridad democrática”, las políticas antinacionales y el autoritarismo del presidente Uribe, con afinidades o simpatías por las guerrillas son afirmaciones infundadas, además de temerarias, y que ponen en la mira represiva de las fuerzas reaccionarias a dirigentes de probada trayectoria democrática. Son afirmaciones irresponsables y macartistas que minan la unidad que requiere el sindicalismo para tratar las cuestiones que afectan gravemente la vida de millones de colombianos que viven de su fuerza de trabajo.
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