Una vida robada por este sistema asesino. Las directivas de la UIS y el Hospital Universitario de Santander asesinaron a Jaime, de la manera más cívica, legal y despiadada.
El día jueves 1 de noviembre alrededor de las 11:00am ingreso al hospital universitario de Santander el joven Jaime Alberto Acevedo Ramírez, estudiante de Licenciatura en Matemáticas, de 20 años de edad, con una herida en el muslo izquierdo ocasionada por un cuerpo extraño de naturaleza metálica posterior a una explosión durante los hechos ocurridos ese mismo día en la universidad durante los cuales él estaba como muchos otros observando lo que ocurría. Dado el contexto de la herida se sospecha de una arandela, hipótesis que es comprobada en la tarde mediante unas radiografías, estas imágenes radiológicas se pierden “misteriosamente” y el joven no pudo ser valorado por ortopedia ese mismo día.
Al día siguiente (viernes 2 de noviembre) cerca de las 11:00am se le toman nuevamente las radiografías (24 horas después de haber ingresado al hospital). En la tarde es valorado por ortopedia ante la presión e insistencia de las personas que lo acompañaban, ya que no se veía una clara intención de atenderlo. Después de esta valoración se le programó la cirugía para las 6:00pm para extraerle la arandela.
El Hospital se niega a realizar el procedimiento argumentado que la aseguradora Mapfre, con la cual el compañero tenía una póliza vigente con ellos a través de Bienestar Universitario, se niega a cubrir los gastos por tratarse de un disturbio en la UIS. Por lo cual se procede a solicitar el cubrimiento de los gastos clínicos a través de Bienestar Universitario, quienes demoran el pago 3 horas de 2:00 a 5:00pm, cuando la cirugía se requería con URGENCIA. Los papeles se llevan a esa hora para que se realicen los trámites de la cobertura de la cirugía, donde según ellos no fue posible por no tener acceso a la historia clínica, cuando los motivos reales ya se conocían.
Se le realiza la cirugía y sale estable, por lo que es trasladado a un cuarto para dejarlo esa noche en observación. Cuando los acompañantes solicitaron quedarse con Jaime esa noche, les fue negado el permiso por no tratarse de un paciente grave.
El sábado a las 4:00am (aproximadamente 8 horas después de la cirugía) Jaime manifestó haber orinado sangre y se cayó de la camilla, siendo ayudado por su compañero de cuarto. Cuando solicitó atención medica, la respuesta de las enfermeras fue “no joda” y él tuvo que soportar durante cuatro horas, hasta que unos estudiantes medicina fueron a ver como seguía y se dieron cuenta del grave estado de salud en el que se encontraba, momento en el cual arman escándalo para que sea atendido inmediatamente.
La valoración hecha a esa hora, arrojó que el delicado estado de salud del compañero se debía a un proceso séptico sistemático (infección que afecta los sistemas del cuerpo progresivamente), razón por la cual requería procedimientos médicos especiales y de atención en la unidad de cuidados intensivos UCI, en ese momento el hospital no tiene disponibilidad de una y se procede a buscar una en otras instituciones.
Aproximadamente a las 11:20am se consigue espacio en la UCI de la clínica cañaveral FINSEMA, el traslado se demoró, porque eran necesarios unos papeles y la epicrisis, paralelamente se realizaron los trámites de pago y de paz y salvo, que son condición para que el paciente abandone el hospital, los cuales demoraron dos horas cuando la gravedad de la situación requería atención INMEDIATA.
Aproximadamente a la 1:20pm es posible conseguir los documentos para obtener el paz y salvo, acto seguido se procede a la gestión de la ambulancia para que sea trasladado, finalmente luego de aproximadamente 30 minutos llega, en ese momento plantean que la UCI está ocupada y que no puede ser trasladado. Inmediatamente se sabe esto las personas que acompañaban al compañero realizan llamadas en un afán infructuoso por conseguir una unidad de cuidados intensivos; debido a que la respuesta de los encargados de estos trámites en el Hospital respondieron que después de todos las pérdidas causadas a la Universidad, cómo se atrevían a pedir dinero para la atención del joven, y que el Hospital no se iba a preocupar, actitud avalada por las directivas de la universidad quienes en ningún momento hicieran absolutamente nada por ayudar a Jaime.
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*Documento elaborado por familiares y amigos
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