El mundo entero se pregunta si la economía de Estados Unidos se dirige hacia una recesión en el 2008. La crisis hipotecaria del mercado subprime, sobre la cual todos los analistas coinciden que no ha tocado fondo, entra en su segunda etapa, la más peligrosa y preocupante de todas, en la cual se caen aún más los precios de la vivienda, se amplifican las restricciones al crédito y se reduce la demanda de los consumidores que mueven el 70 por ciento de la economía norteamericana.
Por ahora, como afirma el semanario británico The Economist, la recesión está en cabeza de los constructores, que han visto caer en 47 por ciento la construcción de residencias, con lo cual su participación en el PIB se redujo del 6,3 al 4,4 por ciento. Los precios de la vivienda empezaron también a derrumbarse. Según el índice Case-Shiller, los precios de la vivienda en las áreas metropolitanas de 10 ciudades de Estados Unidos se desplomaron en 8 por ciento en el último año, la reducción más importante desde 1991.
Jan Hatzius, economista en jefe de Goldman Sachs, estima (al igual que el Deutsche Bank) en 400 billones de dólares las pérdidas imputables a la debacle del mercado de crédito hipotecario subprime, de los cuales 130 billones de dólares le pertenecen a los bancos. Estas pérdidas plantean, según Hatzius, “un significativo riesgo macroeconómico, mayor al generalmente aceptado” que incluso podrían reducir los prestamos “en 10 dólares por cada dólar de pérdidas”, equivalentes a una contracción crediticia de 2 trillones de dólares. “Este es un shock enorme”, añade Hatzius. No sorprende, entonces, que el índice de confianza del consumidor norteamericano de octubre se hubiera desplomado al nivel más bajo de los últimos dos años, lo cual incrementa las probabilidades de un deterioro de las ventas, por lo general a crédito, durante la temporada de fiestas que se avecina, y por tanto, de una recesión en el 2008.
El panorama se presenta adicionalmente incierto y preocupante en materia energética. El precio del barril de crudo se acerca peligrosamente a la barrera sicológica de los 100 dólares, el cual, según The Economist, no se ha reflejado totalmente en los precios de la gasolina al consumidor estadounidense (hasta la fecha, el precio del galón de gasolina se ha incrementado solo en 12 por ciento), pues “las refinerías manejaban extraordinarios márgenes al comienzo del año”. Hatzius, de Goldman Sachs, sostiene, sin embargo, que el alza en los precios de los combustibles podría reducir en 1,2 por ciento el gasto de los consumidores en el corto plazo.
The Economist no descarta que la economía de E.U. caiga en una recesión: “ajuste las proyecciones de Wall Street por su inherente conservadurismo y una recesión parece plausible”. El presidente de Morgan Stanley de la región asiática, Stephen Roach, comparte esta visión, “La crisis del subprime es una señal anticipada de una recesión en el 2008”.
¡Señores, hagan sus apuestas!
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Jan Hatzius, economista en jefe de Goldman Sachs, estima (al igual que el Deutsche Bank) en 400 billones de dólares las pérdidas imputables a la debacle del mercado de crédito hipotecario subprime, de los cuales 130 billones de dólares le pertenecen a los bancos. Estas pérdidas plantean, según Hatzius, “un significativo riesgo macroeconómico, mayor al generalmente aceptado” que incluso podrían reducir los prestamos “en 10 dólares por cada dólar de pérdidas”, equivalentes a una contracción crediticia de 2 trillones de dólares. “Este es un shock enorme”, añade Hatzius. No sorprende, entonces, que el índice de confianza del consumidor norteamericano de octubre se hubiera desplomado al nivel más bajo de los últimos dos años, lo cual incrementa las probabilidades de un deterioro de las ventas, por lo general a crédito, durante la temporada de fiestas que se avecina, y por tanto, de una recesión en el 2008.
El panorama se presenta adicionalmente incierto y preocupante en materia energética. El precio del barril de crudo se acerca peligrosamente a la barrera sicológica de los 100 dólares, el cual, según The Economist, no se ha reflejado totalmente en los precios de la gasolina al consumidor estadounidense (hasta la fecha, el precio del galón de gasolina se ha incrementado solo en 12 por ciento), pues “las refinerías manejaban extraordinarios márgenes al comienzo del año”. Hatzius, de Goldman Sachs, sostiene, sin embargo, que el alza en los precios de los combustibles podría reducir en 1,2 por ciento el gasto de los consumidores en el corto plazo.
The Economist no descarta que la economía de E.U. caiga en una recesión: “ajuste las proyecciones de Wall Street por su inherente conservadurismo y una recesión parece plausible”. El presidente de Morgan Stanley de la región asiática, Stephen Roach, comparte esta visión, “La crisis del subprime es una señal anticipada de una recesión en el 2008”.
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