Oficina de Prensa del Senador Jorge Enrique Robledo, Bogotá, noviembre 28 de 2007
La reforma el actual Código de Minas lo único que hace es otorgar mayores gabelas a la gran minería en vez de dar respuesta a los problemas que padece el sector, denunció hoy en la Comisión Quinta el senador Jorge Enrique Robledo al rendir ponencia negativa al proyecto de ley 10 de 2007, junto con los senadores Mauricio Jaramillo, Ramiro Estacio y José Gonzalo Gutiérrez.
La reforma no solo es discriminatoria, sino que hace oídos sordos a los daños irreversibles que le está causando a la producción agropecuaria la gran minería de la Costa Atlántica, al deterioro en la red vial, al desplazamiento de poblaciones enteras y a la grave contaminación en las áreas turísticas. Tampoco atiende al deterioro en la salud pública y ocupacional, ni al aumento de las enfermedades profesionales, ni a las desventajosas condiciones en que son enganchados los millares de obreros, buena parte en empleos temporales y sujetos a contratistas independientes.
El proyecto deja además de lado que en el negocio de la gran minería quien menos gana es la Nación, a pesar de ser el dueño de los minerales. Robledo denunció que en el año 2003 la tasa efectiva de renta era en promedio 36,9%, mientras que en el 2006 bajó a 25,5%, gabela a la que se suman las bajas regalías, que en promedio no superan el 15%.
La reforma al Código no se esfuerza por modificar a fondo el pobre auditaje de la Nación a los contratos de gran minería, aun cuando posee inmensos intereses económicos en ellos. Robledo anotó como las empresas trasnacionales gastan entre 2 y 5 por ciento de las ventas en vigilar la marcha del negocio. “En cambio, cuando uno pasa revista a la auditoría del Estado colombiano, dan ganas de llorar”. Precisó el senador que en ninguno de los contratos de la gran minería del carbón opera, según la Contraloría, la figura del representante técnico. Además, las visitas de fiscalización son casi inexistentes.
Un verdadero Código de Minas debe garantizar la presencia del Estado en la producción, el cobro de impuestos y regalías, la auditoría plena y el ejercicio de la soberanía frente al capital foráneo. Ha de consagrar además un capítulo entero con disposiciones que incentiven a la pequeña y mediana minería, a las que el gobierno les echa la culpa de los graves problemas mineros del país. Robledo remató expresando su acuerdo con las dos conclusiones emitidas por la Contraloría General, cuyo informe sostiene que la reforma no arregla los problemas del Código de Minas ni defiende los intereses de la nación.
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