El comentario el periódico lo hace a propósito de una carta en la que ex líderes demócratas de la administración Clinton y el Congreso abogan por la aprobación de los tratados de libre comercio con Perú, Panamá y Colombia.
"(...) El presidente Álvaro Uribe y su gobierno no han hecho lo suficiente por llevar ante la justicia a los paramilitares -y sus partidarios políticos- responsables de violaciones generalizadas a los derechos humanos. Colombia está ansiosa por el tratado de comercio, y ha hecho algunos avances en derechos humanos. Pero es necesario más, y contener la ratificación puede ser usado todavía como un instrumento para cambiar el comportamiento del señor Uribe".
Entre tanto, el Congreso debería moverse rápidamente para pasar el tratado con Perú, por todas las razones expuestas en la sensible carta de los demócratas -y para mostrar a Colombia lo que se está perdiendo.
"En casa, los tratados contribuirían a dar oportunidades a los exportadores estadounidenses y ayudarían a crear empleos. En América Latina los pactos contribuirían al crecimiento económico, liberarse de la dependencia del comercio de narcóticos y fortalecería las relaciones en una región donde la influencia de Washington es cada vez más superada por la 'bien aceitada' diplomacia de Hugo Chávez.
(...) En términos económicos, la carta debería haber recomendado pasar el acuerdo pendiente con Corea del Sur. Parece improbable que estos beneficios persuadan a los demócratas del congreso. A finales del mes pasado, comités claves en la cámara y el senado aprobaron el acuerdo con Perú, pero los otros tres siguen enredados en la hostilidad hacia los tratados de la nueva mayoría demócrata.
"El tratado con Corea del Sur enfrenta especialmente oposición intransigente de la Ford Motor Company... Hay ganadores y perdedores en tales acuerdos, y el beneficio en conjunto -un estimado de 10.000 millones de dólares para la economía estadounidense- debería ganar.
Con Panamá, algunos legisladores dicen que se han puesto en contra después de que su asamblea nacional eligió como su líder a un hombre buscado en Estados Unidos por el asesinato de un soldado estadounidense en 1992. Este es un tema serio y la Casa Blanca y el Departamento de Estado deberían presionar al gobierno de Panamá. En general, el historial de Panamá en derechos humanos es bueno, y esto no debería bloquear el tratado.
Al reaccionar al pronunciamiento del editorial, el canciller, Fernando Araújo, advirtió en Radio Caracol que enjuiciar a 200 líderes paramilitares no es fácil, pero aseguró que el Gobierno colombiano está comprometido en la lucha contra el delito.
"Es una batalla de todos los días, requiere esfuerzos extraordinarios que a veces no son entendidos", afirmó el ministro.
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