En momentos en que la Universidad Nacional se encuentra en Asamblea Permanente, rechazando la imposición de un nuevo Estatuto Estudiantil, retardatario, antidemocrático, represivo, y acorde con la política económica librecambista (atentatoria de la soberanía nacional y los intereses nacionales, la cual se ajusta perfectamente a la política uribista de “seguridad democrática”, tan acorde con beneficiarios y patrocinadores foráneos), en la Universidad Popular del Cesar (UPC) se está llevando a cabo la aplicación de la “seguridad democrática” de manera soterrada y con el auspicio de la Administración encabezada por Guillermo Botero Cotes y su séquito de “esquiroles”.
Dicha política se materializa en la instalación de cámaras de seguridad en nuestra Institución, lo cual es vulnerable de la autonomía universitaria (constitucionalizada), de la libertad de crítica, de cátedra, de la convivencia pacífica y de la búsqueda de la verdad, tal y como lo enuncia el artículo 30 de la Ley 30 de 1992. Parece que la Administración de la UPC cree que está educando delincuentes, o por lo menos eso lo da a entender con su represiva y abusiva inversión en estos equipos de vigilancia suministrados por la compañía PROTECOM.
Se nos hace curioso que mientras nuestros laboratorios están en pésimas condiciones, nuestros docentes están mal pagados, nuestras matrículas son costosísimas, la biblioteca está abierta provisionalmente, y un largo etcétera, el Consejo Superior apruebe una partida presupuestal para la instalación de estas modernas cámaras de seguridad ¿Querrán tapar algún hueco?
Lo que queda muy claro es que esto hace parte de la política de privatización y exterminio de la UPC y las Universidades Públicas, la cual se ha agudizado bajo el gobierno de Álvaro Uribe, y de la cual Guillermo Botero es su espléndido representante, claro, a costa del atraso y padecimiento de la región y el país. Y, para llevar a cabo este exterminio, qué mejor que empezar por silenciar y perseguir a toda la Comunidad Universitaria a través de estos artefactos electrónicos. Ni siquiera Napoleón ni los nazis osaron atacar la Universidad de una manera tan vil. Esto es una agresión a la esencia misma de la Universidad. Esta Administración cipayo lo hace por su ignorancia, pero ante todo, por el conocimiento que tiene que así coadyuva a que la educación se convierta en una mercancía transable en el TLC, donde las universidades escasearán y la mano de obra barata pululará. Escenario altamente nocivo y perjudicial para nuestro país, sus habitantes, su ciencia, desarrollo y soberanía.
Rechacemos este atropello de esta infame Administración y gritémosle ¡LOS ESTUDIANTES NO SOMOS DELINCUENTES!
JUNTA DIRECTIVA FEUP
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